Capítulo 51

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De algún modo la presencia de Tania no me incomoda tanto, supongo que se debe a que ahora que conozco su historia puedo comprenderla un poco mejor, no tomó las mejores decisiones pero al menos tenía un motivo con peso para hacerlo. Si estuviera en su lugar, no sé cuál hubiera sido mi actitud porque soy consciente del poder que tiene el miedo, pero es peor aun cuando tu prioridad no eres tú mismo y alguien a quien amas podría ser afectada si das un mal paso. Por eso decidí no juzgar, ya estoy aquí y si no hubiera sido ella podría haber sido otra persona aún peor y con cero intensión de ayudarme a salir de esta situación.

Quizás estoy siendo demasiado comprensiva con ella, teniendo en cuenta que aunque no es su culpa totalmente, sus acciones influyeron a que hoy me encentre encerrada en la casa de mi peor historia, esa que me hace querer olvidar mi nombre y quien soy realmente. Suena triste pero la realidad es que ninguna mujer debería pasar por lo que viví y es tan común ver como muchas somos masacradas, pisoteadas, humilladas y tratadas como si realmente no valiéramos nada.

Esta vez enfrento mi destino con una coraza que apareció a partir de la noche más oscura de mi vida, esa que tanto deseo olvidar y a la vez ha creado una versión más fuerte de mí misma. Por ello me siento orgullosa de quién soy y me prometo a mí misma que no llagaré más por esta situación porque ya no estoy sola y aunque lo estuviera voy a encontrar una forma de salir de aquí.

Estos días lejos de mi mundo me han ayudado a entender muchas cosas, respecto a mi relación con Kenneth, aún me es imposible olvidar las palabras de Rebecca y esas imágenes en donde hablaban, comían y disfrutaban de lo que evidentemente era una cita, en mi momento de furia lo vi todo muy claro, él me había dejado para estar con ella, pero ahora más calmada me doy cuenta que no todo es blanco o negro que existen infinidad de colores y tonos y los matices grises no son tan malos, del mismo modo en que yo deseo salir de Richard con inteligencia y paciencia él podría querer quitarse a Rebecca de en sima.

Lo que si me molesta, en caso de que así fuera es que no me haya contado sus planes, creyéndome débil y sin ser capaz de soportar lo que sea por tal de que tanto Richard como Rebecca salgan de nuestras vidas.

Decir que todo está bien sería mentir, pero al menos ya no siento tanta rabia y dolor como días atrás. Siempre he creído en el destino por ello tengo fe que si realmente es el nuestro estar juntos así será cuando llegue el momento. Mientras me toca sanar, crecer como persona y hacerme mucho más verraca. Soy una mujer manchada por la sombra de su pasado pero aun así tengo que saber mantener mi luz propia y de vez en cuando comenzar en creer en mí.

Me repito cada palabra en mi mente, mientras me miro en el espejo, necesito mucha preparación mental para la cena de hoy y me encuentro deslumbrante con un vestido negro que marca la silueta de mi cuerpo, las mangas son de una tela traslucida, en los senos tiene la misma tela que los brazos pero con piedras plateadas encima, el resto es de una tela bastante gruesa que llega justo encima de las rodillas, gracias a las grandes habilidades de Tania con el maquillaje tengo unos ojos ahumados bastante bonitos, pero lo que realmente me preocupa es no ser capaz de controlar mi actitud.

—Tú puedes, todo va a salir bien —me animo frente al espejo

—¿Estas lista? —dice Tania anunciando su llegada

—¿Qué crees? —digo y doy una vuelta para que me vea

—Creo que se te olvidó cambiar los zapatos —veo mis pies y tiene razón, aún llevo las pantuflas y lo había olvidado, ella va hacia el closet y saca unos estiletos y me los alcanza, me siento en el borde de la cama para pénemelos. Cuando acabo voy frente al espejo y me doy un último vistazo

—Es una lástima que te tengas que poner tan guapa para la persona equivocada

—Tienes razón, me siento en un banco que hay a un lado de la habitación

Lluvia de BesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora