Capítulo 10

10 7 0
                                    

Kenneth
Hace diez minutos llegó Martin a mi casa, ambos estamos sentamos en mi sala y dejé que se sirviera de mi whisky más caro, se está aprovechando de la situación, porque normalmente nunca lo dejaría hacer eso.
-¿Y bien? Vas a quedarte ahí mirándome o vas a decir algo -Le digo a mi amigo, desde que llegó lo único que ha hecho es mirarme y tomar de su vaso con whisky, en un principio no me quejé porque le conté todo lo que recuerdo y como empezó mi día, pero ya esto me desespera esta actitud en la que no habla, normalmente suelo tener mucha paciencia pero hoy no estoy en mis mejores días.
-Estoy atando cabos -Se nota que lleva rato pensando pero no acaba de soltar lo que le perturba.
-¿De qué?
-¿Cuándo te hiciste un tatuaje? ¿Y cómo es posible que yo no lo haya visto? Me ofende el no saber de su existencia.
-¿Cómo sabes tú que tengo un tatuaje? -Casi nadie sabe que lo tengo, no es que lo oculte pero no es algo decorativo, tiene significado sentimental, me hace sentir que tengo cerca de las dos personas más importantes de mi vida, noto que no piensa responder así que decido hacerlo yo -Me lo hice cuando me mudé a Madrid y son las iniciales de las mellizas, no sabes de él porque me conoces, y no soy de andar contando detalles de mi vida, menos esos que son tan insignificantes.
-Eres un odioso ¿Lo sabías? A ver quiero verlo -Subo la manga de mi pulóver y levanto el brazo, está en la cara interna de este, un lugar donde pocos llegan a verlo aun cuando tengo la vestimenta de hoy. Normalmente uso trajes, por lo que no me sorprende que en cinco años Martin no lo haya notado.
-Muy bonito -Se detiene -Te tengo tres noticias, la primera, créeme dormiste con Abigail, la segunda no sé si hubo acción eso ella no lo recuerda.
-Si hubo -lo interrumpo-. Más de una vez.
-Oh mejor todavía -se ríe -la tercera es que ella no te recuerda solo sabe que tienes ese tatuaje, pero creo que le hará mucha ilusión saber que fuiste tú y no otro.
-Mierda, todo esto está mal. Nada debería haber pasado así, me detesto por como permití que sucedieran las cosas.
-Tranquilo, ella recuerda menos cosas que tú, ahora solo hay que decirle la verdad
-¡No! -No tengo idea de porque acabo de decir eso -digo, he no lo sé, no creo que sea buena idea decirle, pondría todo tenso entre nosotros, ella no es como las demás, siempre huye de mí y si lo sabe se alejará aún más.
-¿Y no queremos eso? -me dice en tono de pregunta.
-No-le contesto muy seguro.
-Esto se pone interesante, la máquina de trabajo se interesa en una chica ¿Qué vas hacer entonces?
-No lo sé, algo pensaré. Solo tengo una duda -Me paro del sofá donde estoy y me dirijo a la mesa busco algo en mi chaqueta y regreso con Martin -¿De dónde salió esto? Lo encontré en mi auto y recuerdo que ella no llevaba ninguna cadena anoche.
Martin lo toma y sé que lo está analizando -Amigo esto se ve muy costoso. ¿No habrás hecho un trío? -Ambos nos reímos -Cierto ese es mi estilo no el tuyo. Aunque ya no estoy en ese mundo, ahora tengo novia.
-¿Te has hecho novio de Alexa? -el asiente, muy feliz -Me alegro, espero y esta vez no metas la pata -el resopla -es en serio, siempre la cagas con las chicas buenas.
-No vine a hablar de mí, ni a escuchar sermones sobre mis malas decisiones, pero puedes quedarte tranquilo, realmente me gusta, mucho, más de lo que me ha gustado alguien en mi vida, y las cosas van despacio y estoy bien con eso -Me alegro, Martin es mi amigo pero es un auténtico idiota cuando se lo propone, pero si realmente le gusta esta chica espero y se comporte ya es hora de que ponga orden a su vida y la verdad verlo así me deja más tranquilo.
-¿Qué harías tú en mi lugar? -Me le acerco para quitarle el collar, me siento frente a él y me quedo mirándolo a ver si encuentro algún detalle que me sirva de pista para saber su procedencia.
-Yo hablaría con ella, pero sé que no es lo que tú harás, así que sigue el plan inicial.
Levanto la vista -Nunca hubo un plan -le digo -Solo me gusta, es inocente, sencilla, hermosa, misteriosa sobre todo tiene algo que me hace querer saber más de ella.
-Amigo te trae loco, eso me maravilla, porque desde la innombrable no te has fijado en una mujer de esa manera -Martin tiene razón, me mudé a Madrid para tener una nueva vida, lejos de toda locura que ella traía, lo peor es que era locura literalmente.
-Es cierto, por eso no puedo arruinarlo esta vez.
-Acostarse con ella no es arruinar nada, solo se comieron el postre antes de tiempo.
-Ya te dije, no quiero que se entere, estoy seguro que existe una razón por la que siempre huye de mí, y espero que ella recuerde todo dentro de poco, yo sin duda lo estoy haciendo poco a poco.
-No crees que se va a molestar, cuando se entere.
-Espero que no, yo mismo se lo diré pero no ahora, debo encontrar la manera correcta de acercarme a ella.
Sigo dándole vueltas a la cadena en mis manos y veo que un eslabón en el que tiene el logo de una marca -¿Martin conoces esta marca? -Me siento a su lado y se la enseño, el mira y me niega con la cabeza -Debe ser de una joyería de mujeres nunca la he visto, y se bastante sobre marcas.
-Muy bien, dejemos todo esto para después asé que tal si pedimos pizza y jugamos al FIFA.
-Definitivamente no te sientes bien, te emborrachas, te acuestas con la chica que te gusta, faltas al trabajo, rompes la dienta, no te ves nada alterado por cambiar el orden de tu perfecta vida y ahora quieres jugar FIFA. ¿Dónde está la cámara oculta?-dice de manera dramática.
-Deja el drama que solo estoy haciendo lo que me pides, dejándome llevar.
-Si eso consigue ella con una noche, imagino lo que cambia en ti en una semana.
-¿Entonces, pizza y FIFA?-digo para calmar su melodrama
-Claro que sí Kenneth.
Pasamos una gran noche como en los viejos tiempos, donde no tenía tanto trabajo, es agradable hacer algo juntos sin pensar en los planes de mañana, y aunque mi mene no se concentra en el trabajo no consigo parar de pensar en todo lo que sucede en mi vida en este momento. Esto es una gran locura, pero solo por ser con ella me encanta.
⊱✿⊰
Llevo horas en la oficina y me sorprende que Matilda aún no me haya atacado con su acoso. Es asfixiante tenerla sobre mi todo el tiempo, quisiera saber qué pasaría si supiera que es otra la que tiene toda mi atención, ahora que lo pienso, dada mi experiencia no, no quiero saber, mejor dejarlo todo así.
Estoy revisando un manuscrito que debo valorar en una columna de la revista, pero mi mente no está en esto. He pensado en todas las opciones de excusas para ir al piso de publicidad para poder ver a Abigail, no sería mal visto teniendo en cuenta que trabajamos en conjunto. Pero sería algo raro, nunca voy a ese ahí salvo que sea muy importante. Doy vueltas en mi silla sin saber qué decisión tomar.
-A la mierda -me levanto y doy zancadas hasta el elevador -Por favor que Matilda no esté ahí -digo mientras marco el piso de Relaciones Públicas en el elevador.
Al llegar veo que todo allí es una locura, estamos cerca de finalizar el mes y pronto saldrá la edición mensual, pero esto, tiene pinta de ser una gran catástrofe. Todos andan dando vueltas de un lugar a otro y cada escritorio tiene muchos bocetos y papeles en cima ¿Qué es lo que pasa? Veo a la muchacha que siempre está con Abigail y la saludo, ella sonríe algo nerviosa y mira a su lado como si estuviera buscando a alguien.
-Hola, ¿Matilda está aquí? -pregunto por ella, para saber si mi tormento está bien lejos como deseo.
-No, está reunida con Abigail por un anuncio publicitario de una marca de maquillaje -Mierda, no podría estar con otra persona.
-Pero deben estar al terminar llevan horas en eso.
-Kenn-Evidentemente ya terminaron ese grito, ese nombre solo me lo han dicho dos mujeres una persona se encuentra aquí y la otra está bien lejos o eso espero, por cierto he mencionado que en sus labios odio ese apodo, no me trae buenos recuerdos. Me giro para encontrarme a Matilda con una sonrisa que debe doler de lo grande que es, a su lado esta Abigail, hermosa como siempre es la primera vez que la veo con el cabello recogido, tiene unos pantalones color caqui altos ajustado en su cintura pero a medida que bajo la vista noto que se van anchando, una blusa ajustada blanca, que me permite imaginar mucho sobre lo que hay debajo y una chaqueta, lo único que nunca cambia son sus tacones negros. Esta hermosa, más de lo normal, y de por sí ya es preciosa.
Ella me sonríe y se nota que está algo nerviosa, como si no supiera cómo actuar a mi alrededor, puede que no recuerde nuestra apasionada noche pero sé que recuerda esos espectaculares besos y coqueteos antes de perder la memoria.
-¿Qué haces aquí cariño? -La miro confundido, pero que se cree, va dar pie a rumores que no tienen sentido y que no son reales.
-Trabajo aquí Matilda-digo algo molesto, cosa que ella nota.
-Lo sé, me refiero aquí en este piso.
-¿Es que ahora no puedo venir?
-Si claro que si -ella parece notar que no estamos solos -Tania ve a trabajar y tú Abigail mándame el resultado final una vez ya lo tengas -les dice a ambas en un tono muy grosero Tania se va y Abigail me mira, está a punto de irse también ero la hago detenerse:
-Abigail necesito hablar contigo -Matilda me mira confundida y algo curiosa.
-¿Sobre qué? -dice Matilda, sabía que no se aguantaría preguntar -Acaso se conocen.
-Si -ella parece molesta y solo porque no quiero complicarle la vida a Abigail explico -Nuestros mejores amigos están juntos -Balbuceo por un momento, se mentir pero no por eso no dejo de estar nervioso -de hecho se van a casar -Abigail me mira sorprendida, sé que no entiende nada de esto.
-En serio -dice Matilda noto la duda en sus ojos, pero mantengo mi mirada en ella muy seguro de lo que dije.
-Si -le confirmo.
-Abigail y yo somos los padrinos ¿cierto? -eso último lo digo mirándola.
-Sí... claro -contesta.
-Muy bien, pero esto es horario de trabajo nada de socializar o hablar de asuntos personales -dice molesta Matilda
-Claro, solo será minuto.
-Bueno dile lo que quieras rápido -Noto que no tiene planes de irse por lo que no me queda de otra que hablar.
Miro a Abigail y veo en sus ojos lo nerviosa que está, sé que estaría huyendo de mi si pudiera -Dame tú número de teléfono -ella me mira confundida -Ya sabes para ponernos de acuerdo con las cosas de la boda.
-Ah -dice ella-Claro -Toma una hoja de su agenda y escribe rápido su número, noto como su mano tiembla y eso hace esto un poco divertido por un momento olvido a Matilda, me extiende el papel y lo tomo -Bien te escribo para que tengas mi número -Guardo el papel en el bolsillo interno de mi chaqueta y estoy dispuesto a irme, sé que con Matilda presente no conseguiré mucho más, conozco muy bien ese tipo de mujer y en cuanto descubra que me interesa una de las trabajadoras de la revista, le hará la vida imposible o la despedirá.
-Kenn-pongo los ojos en blanco antes de darme la vuelta, basta ya de sonrisas falsas.
-Dime -contesto de manera brusca
-Qué te parece si almorzamos juntos -Sé que la hora de almuerzo empezó hace treinta minutos así que recurro a la única excusa que se me ocurre.
-Ya lo hice, será otro día -Me doy la vuelta pero ella parece no darse por vencido
-¿Qué tal la cena? -Sin voltearme decido contestar así no doy pie a una conversación que no deseo -Ya hice planes, lo siento -Salgo rápidamente de ahí subiendo al ascensor.Marco mi piso y busco mi teléfono agrego su contacto y le mando un primer mensaje.

Lluvia de BesosWhere stories live. Discover now