Capítulo 12. Es perfecto.

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Narra Tom

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Narra Tom.

Llegué a mi habitación y conciliar el sueño era imposible, con que así se siente estar enamorado.

Narra Meg

Desperté gracias a que la luz del sol entraba y me llegaba justo a la cara, entreabrí mis ojos y no entendía del todo bien por que estaba sin ropa.
Por un momento lo analicé hasta que recordé absolutamente todo, ahora la pregunta es ¿Dónde estaba Tom?

Me estiré un poco y me levanté envolví la sabana a mi cuerpo, sentía mis piernas adoloridas y en mi pecho vi algunas marcas de color rojo, a lo cual solo sonreí recordando como había sucedido, cada detalle, cada roce, cada beso.

Lo busqué por todo el lugar, pero no estaba, me senté en el sofá y veía en la mesa la botella vacía.

-Todo por ti -le hablé a la botella y enseguida reí.

Si Tom no hubiera llegado con la excusa de brindar por nuestra primera semana de trabajo, no creo que haya sucedido eso, ¿será que lo planeo todo este tiempo?.

De pronto recordé que cuando lo hicimos no hubo ningún tipo de protección y entré en pánico. Mi pulso aumentó demasiado, aun así, respiré y minutos después me relajé. Bendita seas postday, decidí ir a darme una ducha rápida y vestirme con lo primero que encuentre.

Tomé si celular y vi la hora, once y media de la mañana, en serio había dormido mucho, solo me fijé en la hora, y ni cuenta me di que tenia un mensaje.

Guardé mi celular en el bolsillo de mi pantalón y llevaba mi billetera, caminé hasta la puerta y grité del susto al verlo a punto de golpear mi puerta.

Por mi cuerpo recorrió un cierto frio y me puse muy nerviosa. Entró y cerró enseguida la puerta, se acercó a mi y me besó, era tan tierno su beso. Moria de amor por él.

-Buenos días, casi tardes, preciosa -escucharlo llamarme así me derretía por completo.

-Buenos días, precioso -nerviosa hablé y decirle así aumentaba mi nerviosismo.

- ¿A dónde ibas con tanto apuro? -se escuchaba muy tranquilo.

-A la farmacia -lo miraba fijamente.

- ¿Ya desayunaste? -hizo lo mismo que yo.

-Aun no, me acabo de despertar.

-Tienes que comer antes. – me tomó de las manos, eso era demasiado bonito.

-Lo sé, pero necesito ir a la farmacia -volví a insistir.

-Esta bien, te acompaño. -se acercó y dejo otro pequeño beso.

Salimos juntos y rogaba no encontrarme con nadie más, mis suplicas fueron escuchadas por ese instante.

Llegamos al estacionamiento y los dos subimos al auto, minutos después habíamos llegado.

Estar contigo... Me da vida. (Tom Hiddleston)Where stories live. Discover now