Capítulo 26. Sus hermosos ojos.

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Narra Astrid

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Narra Astrid.

Decidí abrir la cuenta de Jho ya que para el pago del salario se tenía una sola cuenta especifica, en ella no se ingresaba ningún otro dinero que no fuera de la empresa, sin embargo, encontré algo muy sospechoso.

Debía seguir revisando y confirmar esto, aparte debía hablar en la mañana de esto con Andy, la cuenta de Jhoel estaba conectada con una empresa fantasma.

Tenia evidencias de todo eso, por si algún acontecimiento se llevaba a suscitar. Era más fácil dar a conocer así. ¿Qué tanto oculta Jhoel? Y ¿Por qué lo hace?

Narra Tom

El despertador de mi celular sonó, no sabía dónde estaba, hasta que lo encontré en el suelo cerca de la cama, lo desactivé rápido para que Meg pudiera dormir un poco más, recuerdo claramente que había dicho que le encantaba dormir, y para decir verdad yo me levantaba muy temprano.

Verla así, dormida tranquilamente, sumida en un profundo sueño, era toda una maravilla, al fin, al fin podía verla de esta manera. Su piel estaba desnuda y solo la cubría la delicada tela de la sábana.

Pasé uno de mis brazos por su cintura y su piel estaba tibia, no sé cómo, pero me volví a quedar dormido, con aquella imagen en mi cabeza y mi diosa en mis brazos.

Desperté gracias a que la alarma del celular de Meg sonó, ella se movió para poder apagarla dejando al descubierto su espalda, la desactivó y era el momento exacto para retenerla a mi lado.

-Buenos días, mi señorita -hablé y Meg se sobre saltó un poco.

-Con que aun sigues aquí -soltó una ligera risa- buenos días, Tommy -se acercó y dejó un beso en mis labios.

Al separarnos veía con detenimiento sus ojos, aquel bello color café que le quedaban a la perfección, recostó su cabeza en mi pecho y estoy seguro de que podía escuchar con claridad el latido de mi corazón.

Narra Meg.

Eran las seis treinta de la mañana, estaba junto a Tom, escuchaba su corazón y podía perderme en el precioso color azul de sus ojos, no se porque decidí contar cada lunar del pecho de Tom, en fin, perdí la cuenta ya que el me desconcentraba, con su risa y sus besos en mi cabeza.

De mis labios salían solo suspiros, palabras no hacían falta, podía quedarme así todo el día, hasta me atrevo a decir que toda la vida, esto que siento cada día crece más y más. Es algo inevitable.

Sin embargo, teníamos que ir a trabajar, era jueves, mañana grabo solo con Tom y desde la próxima semana el horario se reajusta.

Estaba decidida a levantarme, pero Tom me detuvo.

-Aun no te vayas -habló y su voz se escuchaba ronca, quedé totalmente embobada.

-Debemos trabajar mi amor -respondí.

Estar contigo... Me da vida. (Tom Hiddleston)Where stories live. Discover now