(COMPLETA)
Jamás imaginé que tu llegarías a mi vida, quien diría que el amor se puede trasformar, que las experiencias vividas se pueden borrar, con un solo beso, así sin pensarlo, recordar el cómo te conocí resultó ser uno de los mejores momentos d...
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Narra Tom.
Si, noté algo diferente en Meg, Bernie hizo que nos sentáramos en la sala y mi señorita parecía chicle pegada a mí. De verdad el extrañarnos fue mutuo.
-Se que tienen muchas cosas de que hablar -dijo Bernie -así que los dejaron en su casa.
-Muchas gracias... Bernie -en unísono respondemos
-Ustedes hasta en eso son el uno para el otro -habló y se marchó
Una ligera risa tímida como siempre ha sido en estas situaciones se escuchó salir de los labios de Meg. Parecía irreal, irreal este momento, la había extrañado tanto.
-Perdón -dijimos al mismo tiempo.
-Perdóname tu a mi -dije mirándola fijamente a los ojos, y noté que aún había aquel brillo -sé que me lo advertiste, y yo no hice caso.
-Perdón por haber huido, por no quedarme y afrontar el problema.
-Solo te protegías
-Pero debí quedarme y hablar, no solo escapar
-Pero ya, olvidemos eso amor, estamos aquí -tomé sus manos -de nuevo juntos -dejé un beso en cada una de sus manos. -No pienso alejarme, ni dejarte ir
-No le veremos fin a nuestra historia ¿verdad?
-Sería imposible, no veo ni un solo día de mi vida sin ti, eres el amor de mi vida.
Se acercó a mí y dejó un sutil beso sobre mis labios.
-Yo te amo demasiado Meghan, sentí mi vida irse cuando supe que ya no estabas, no quiero perderte, eres tan importante en mi vida y lo mejor que tengo -sequé las lágrimas que salieron de sus ojos -desde ahora seremos felices tu y yo
-Y alguien más -dijo de inmediato.
- ¿Alguien más? -pregunté casi sin entender a que se refería.
- ¿Me esperas aquí un momentito? -dijo poniéndose de pie.
-Te esperaría la vida entera -terminé de hablar y la vi subir las escaleras y abrir una puerta.
Narra Meg.
Aun no me lo creía, tenía la cajita del regalo ahí, en una mesita que adornaba parte de la habitación, la tomé entre mis manos y antes de bajar hablé.
-Primero cierra los ojos -lo dije como si fuera una orden.
-Bueno mi señorita -tan obediente lo hizo
- ¿Ya los tienes cerrados? -pregunté
-Yes Love.
Terminé de bajar las escaleras y me quedé por un par de segundos contemplándolo. No había cambiado casi nada, aparte del cabello.
-Sin abrir los ojos, estira los brazos
-Amor...
-Solo hazlo, amor -los estiró y se lo entregué, me senté a su lado -ahora si... ábrelos.
