(COMPLETA)
Jamás imaginé que tu llegarías a mi vida, quien diría que el amor se puede trasformar, que las experiencias vividas se pueden borrar, con un solo beso, así sin pensarlo, recordar el cómo te conocí resultó ser uno de los mejores momentos d...
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Narra Meg.
A Tom lo llamó su mamá, preguntando como estoy, el me pasó su celular y me quedé hablando con la señora Diana un par de minutos.
Era seis de noviembre, y aun recuerdo que aquel día, pero del mes de septiembre, todo inició con Tom, nuestro primer beso, todo lo que aquel día había pasado, era y siempre será lo mejor de mi vida.
La verdad nunca es que celebremos nuestro ''aniversario'' es más, llevamos tan poco tiempo que no lo hemos prestado tanta atención, además, en ese entonces no éramos nada.
Aun así, cuando Tommy me pidió ser su novia oficialmente fue un 28 de septiembre, y ya para ese momento habíamos vivido demasiadas cosas, en especial aquel día, el accidente, la notica de estaba embarazada, la sorpresa a Tom, regresamos a L.A., la cena con mi mamá, el paseo en el muelle, muchos recuerdos.
El día oscureció en su totalidad, las horas pasan con velocidad, comí todo lo que me habían traído y después de un día completo Tom.
El sacó una pequeña cajita de su bolsillo, el solo hecho de verlo me emocionaba muchísimo
-Esté era tu regalo de cumpleaños. -me la entregó y yo la abrí.
Que emoción ver que dentro de ella había una cadenita con su inicial y la mía, me encantó demasiado.
-Gracias mi amor -mis ojos se cristalizaban -es hermosa. -se acercó a mi y lo abracé con fuerza - ¿me la pones?
-Claro mi preciosa señorita -la sacó de la cajita y la puso en mi cuello -listo mi amor
-Te amo, Thomas William Hiddleston.
-Y yo te amo a ti, Meghan Amelia Sallow -dejó un beso, tierno y dulce, sobre mis labios.
Los dos nos dispusimos a dormir, acomodándonos muy bien en aquella camilla. Me despedí de él, mientras tanto acariciaba mi espalda, como acostumbraba a hacerlo.
Narra Tom
Jueves 07 de noviembre de 2019. Lon Ángeles. California. 07:30 am.
No se como le hicimos para que los dos alcanzáramos en la camilla, pero fue algo que se pudo.
Desperté un poco temprano, o bueno, mi cuerpo se despertaba en automático, a Meg le daban el alta a las diez de la mañana.
Aún seguía dormida así que fui rápido por un café, después de todo lo que había pasado, poco me importaba aquello que Zawe había dicho.
Pero no por eso la prensa lo olvidaría, en aquella pantalla plana de la cafetería, daban a un el anuncio de una próxima boda, además, se quejaban de que yo no he dado alguna declaración aun y que he desaparecido del ojo público.
En eso tenían razón, durante el casi mes que mi señorita no estuvo y no despertaba, fue casi un mes, un mes que detuve toda mi agenda, un mes que cancelé muchas cosas.
