(COMPLETA)
Jamás imaginé que tu llegarías a mi vida, quien diría que el amor se puede trasformar, que las experiencias vividas se pueden borrar, con un solo beso, así sin pensarlo, recordar el cómo te conocí resultó ser uno de los mejores momentos d...
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Narra Tom.
Mi mano bajaba por su cuello, y de inmediato me deshice de su chaqueta, acariciando toda la piel desnuda de sus hombros y brazos.
-Se lo piensa tu cabecita -dije bajando mi mano por en medio de sus pechos.
- ¿En serio? -respondió mientras mordía su labio inferior.
-Sientes ese deseo incontrolable de ser mía -hablé mientras una de mis manos subía cuidadosamente por sus piernas
-De que me hagas tuya -dijo de inmediato.
Mis manos se adentraron por su vestido y un ligero jadeo se pudo escuchar justo al momento de llegar al inicio de sus bragas.
Levantó su cadera y las retiré, mi mirada se fijó de nuevo en su rostro, hice que pusiera su pierna derecha sobre mi hombro y dejé un par de mordidas y besos en su muslo, haciendo que jadeara.
Mi miembro empezaba a despertar, y poco me importaba estar a medio terminar de vestirme.
-Esto tiene que ser rápido amor -dije y Meg solo asintió.
Me puse de pie, desabrochando el botón y bajando el cierre de mi pantalón, pegué mis labios a los de Meg y mi respiración comenzaba a agitarse.
-Déjame hacerlo...- habló Meg en medio del beso -siéntate
Obedecí a lo que dijo y subió sobre mí, bajó mi bóxer para poder liberar a mi miembro, levanté un poco su vestido y ella lo tomó entre sus manos guiándolo hasta su entrada.
Me deslicé dentro de ella y Meg calló su gemido mordiendo su labio.
-Siempre lista -susurré en su oído
-Para ti sí.
Comenzó a moverse tan placenteramente, masajeaba sus glúteos y nuestras bocas no dejaban de besarse, silenciando los gemidos que podrían ser escuchados.
Meg enredó una de sus manos en mi cabello y la otra se mantenía en mi mejilla, permitiendo así no separarnos.
Mordí aquellos delicados labios, se movía con habilidad, y mi cuerpo se estremecía cada vez más.
Era tanta la intensidad del momento, nuestra calentura y toda la excitación desbordándose, que sentí como Meg se corría, apretó su mano que estaba en mi cabello y se separó un poco de mi para recuperar el aliento.
-No dejes de moverte amor -supliqué
-No, hasta que me lo pidas -dijo acomodando su cabello.
Unos minutos más de placer y sentí como me corría dentro de ella, unos cuantos besos más y estábamos arreglando nuestras ropas para ya salir y terminar de alistarme para grabar.
Salimos de mi camerino como si nada hubiera pasado, pero antes de llegar al set nos miramos fijamente y solo reímos, dejé un corto beso en sus labios y fuimos directo ahí.
