Capítulo 40. Odioso

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''Me sorprendió todo de ti
De blanco y negro al color, me convertí
Sé que no es fácil decir te amo
Yo tampoco lo esperaba
Pero así es el amor
Simplemente pasó y todo tuyo ya soy

Antes que pase más, tiempo contigo amor
Tengo que decir que eres el amor de mi vida
Antes que te ame más, escucha por favor
Déjame decir que todo te di

Y no hay cómo explicar, pero menos dudar
Simplemente así lo sentí, cuando te vi
Todo cambió
Cuando te vi''

Todo Cambio -Camila

Todo Cambio -Camila

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Narra Meg

Recordar que esto inicio sin ser planeado, el hecho de que no me haya dicho que trabajaríamos juntos, nuestro primer almuerzo, las risas, las anécdotas, los momentos juntos, todo, definitivamente todo, era lo mejor de mi vida.

-Debemos trabajar amor... así que ya, a la zona de grabación -sonreí. -ahora

-Ya sabes... mi beso y voy -reí y le di su beso.

Se puso de pie y caminó directo hacia allá, se sentó en la silla que había, se acomodó los audífonos y yo lo observaba con tanto amor, necesitaba estar junto a él. Ahora mismo.

Me levanté de la silla, caminé a la puerta le puse el seguro y entré a donde estaba, lo besé con demasiada pasión, era una adicción el para mí, sus manos recorrían mi cintura y parte de mi espalda, traía puesta una falda un poco corta, suelta en tono azul, para ser exacto tres dedos sobre la rodilla, fue lo primero que vi y me puse, una blusa blanca y mi chaqueta jean.

Se puso de pie y sus manos subieron por mis piernas, tuve que ponerme en puntitas para besarlo mejor. Según pasaban los segundos, la temperatura de nuestros cuerpos iban subiendo aceleradamente

-Mi pequeña, mi señorita, mi preciosa, mi diosa, tú eres mi gran amor -detuvo el beso y habló.

-Eres sin duda alguna la persona con la que quiero estar -respondí acariciando su mejilla.

Me levantó del suelo y rápidamente envolví mis piernas en su cadera, me sostenía de mis glúteos y los apretaba ligeramente, una de las paredes estaba cerca, así que me apoyó ahí, sentí como si miembro despertaba en mi entre pierna, y aquella humedad en mi feminidad se hacía presente con gran velocidad.

Trataba deshacerme de su cinturón inútilmente, Tom notó eso y me ayudó, cuando al fin lo hice todo estaba listo para esto, quería que lo haga.

-No me hagas esperar más... Thomas -hable evidentemente excitada.

-No mi señorita -respondió agitado

Movió un poco mis bragas y dirigió su pene justo en mi entrada, hizo un poco de presión y fue inevitable no gemir, se adentraba en mi interior -gemía, era tan delicioso y asombroso como mi cuerpo aun aguantaba todo esto.

Estar contigo... Me da vida. (Tom Hiddleston)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora