Capítulo 67. London.

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''If I should stay
I would only be in your way
So I'll go, but I know
I'll think of you every step of the way

And I will always love you
I will always love you
You, my darling, you

Bittersweet memories
That is all I'm taking with me
So goodbye, please, don't cry
We both know I'm not what you, you need

And I will always love you
I will always love you, oh''

I will always love you -Whitney Houston.

Narra Meg

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Narra Meg.

Había tanta perfección en este hombre, era tan sincero y honesto, cuantas mujeres matarían por estar con él, y yo era afortunada, por un accidente, y por qué así debía ser, estoy aquí a su lado, siendo la mujer más feliz de todo el mundo.

Sus labios besaban con más intensidad los míos, su mano que estaba en mis glúteos los presionaba, y rápidamente bajó la otra para hacer lo mismo, uní sus labios aun más, se agitaba nuestra respiración y Tom caminó un poco más profundo.

-A mi señor Thomas le gusta la adrenalina -hablé al sentir su erección en mi entrepierna.

-No es para nada un secreto -volvió a besar mis labios.

Acariciaba mis piernas y mi espalda, mi excitación aumentaba con velocidad, di un ligero vistazo a donde estaba nuestra ropa, ni una sola alma había rondando el lugar.

Ni siquiera me di cuenta cuando Tom movía hábilmente sus dedos sobre mi intimidad, había logrado introducirse dentro de mi bañador.

Narra Tom.

Un jadeo salió de los labios de Meg, cuando masajeaba su clítoris, mordía sus labios con desesperación, sentí que la mano de Meg bajó recorriendo mi pecho, hasta llegar a mi miembro, se deshizo un poco de mi bóxer y lo masajeaba haciendo que mi excitación tomara el control total de mi cuerpo.

-Hazlo ya ...Thomas -jadeó Meg.

- ¿Estás segura de hacerlo? -pregunté, aunque sabía cuál sería la respuesta.

-Absolutamente si -de un movimiento rápido hice a un lado su bañador.

Llevé mi pene a la entrada de su vagina, hice un poco de presión para entrar completamente en ella, dejándome escuchar como Meg gemía bajito.

Mis penetraciones eran lentas, según el ritmo en que el agua se movía, atrapé uno de sus senos y apreté con un poco más de fuerza de lo normal. Besaba su cuello y seguía con lo mío.

Meg se aferró a mi cuello y en varias ocasiones hacia su cabeza hacia atrás, las gotas de agua resbalaban por sus hombros, sus manos se enredaban en mi cabello y gemía en susurro.

Era tanta la adrenalina que sentía mi cuerpo y lo sensible que se encontraba Meg, que sentía como volvía prisionero a mi miembro entre sus paredes, me sentía en la gloria, un poco había aumentado mi velocidad.

Estar contigo... Me da vida. (Tom Hiddleston)Where stories live. Discover now