Capítulo 21

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

—¿Cómo es eso de que esta bruja se va a quedar en la casa? —preguntaron las caídas ante la repentina noticia que se había dado recientemente.

—Ya deja de llamarla así —Exclamó el joven un poco molesto por la actitud de Reynare. —Xenovia-san ya no es un miembro de la iglesia, ella está pasando por un momento muy duro así que a partir de ahora vivirá con nosotros —continuó.

—Pe-pero... —Reprochó Reynare.

—¿Hay algún problema con eso? —cuestionó el joven arqueando una ceja por la actitud de la caída, quien desvió la mirada al entender que se estaba alterando demasiado.

—No —respondió la Pelinegra, el resto hicieron lo mismo, porque kalawarner sabía que no tenía alguna clase de derecho a reprochar algo y Asia obviamente no se opondría ante ese que era un buen gesto, eso solo hacía que admirase más y más al joven.

 —Hay una habitación que está en el fondo, puedes quedarte allí, el baño está allá y si tienes hambre hay comida en el refrigerador —explicó gokú y la mujer de cabello corto asintió atenta a las explicaciones.

—Muchas gracias por aceptarme en tu círculo —contestó la peliazul y gokú negó levemente con su cabeza.

—No te preocupes, después de todo trabajamos juntos —dijo Gokú y la chica correspondió con una sonrisa.

—Un momento, si tú estás aquí en dónde está tu compañera?! —le preguntó Reynare ante la ausencia de la castaña, pues si no mal recordaba ambas permanecían juntas.

—Es verdad, a dónde ha ido Irina-san —continuó preguntando Asia, pero esas cuestiones parecían incomodar un poco a Xenovia.

—Ella ha regresado para concluir con su misión —respondió la joven de cabellera azul. —aunque la noticia de la muerte de Dios le afectó como a mí, su fé aún no parece haberse desvanecido... —continuó informando, aunque sin querer, la noticia de Dios pareció tomar por sorpresa a todas las presentes, sobre todo a Asia quien se quedó paralizada.


El Fin de semana al fin había llegado, después de tanto revuelo podría respirarse cierto aire de tranquilidad, todo podría continuar normalmente de cierto modo, o al menos eso pensaban.

Repentinamente alguien llamó a la puerta, fue Kalawarner la que se acercó para abrir y vaya sorpresa la que se llevó cuando se encontró un par de rostros conocidos, pues eran Sona y Tsubaki las que habían tocado el timbre.

—Muy buenos días, estamos Buscando a Son Gokú —habló Sona, levantando la mirada por la diferencia de alturas con la caída mayor que arqueó una ceja ante esas declaraciones.

—¿Qué asuntos tienen los demonios con él? —preguntó ella en un tono para nada animado, era natural que se comportase de esa forma.

—Venimos de parte de Rias Gremory, es sobre un asunto relacionado a la academia —Contestó tsubaki ajustando sus lentes. —Parece que esto es importante para él, si fuera tú no nos haría perder más tiempo —continuó.

—¡Cariño! —llamó kalawarner. —¡Un par de mujeres te están buscando! —


Podía verse al par de ex-integrantes de la iglesia caminar por las calles del centro.

—Gokú-san suele dormir hasta tarde los sábados, Reynare san apaga su despertador para que pueda dormir un poco más ya que se desvela estudiando, kalawarner-san suele lavar la ropa así que nosotras debemos comprar algunas cosas que hacen falta —comentó la rubia, Xenovia le escuchó atenta cómo era el ambiente en su nuevo hogar.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora