Capítulo 38.

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

—Lamento si he tardado, el edificio es algo grande —exclamó Baraquiel y siguiendo a las chicas tomó asiento. Ahora fue verdad que las cosas dieron un giro total, ya que ahora eran las caídas quienes de alguna manera u otra terminaron siendo amables con Akeno, pero tampoco es que podrían esperarse que la descendiente de Baraquiel se hubiera mezclado con los demonios.

—Si-siéntase cómodo por favor —habló la caída mayor que entregó una taza de té al líder de grígori.

—Veo que Azazel tenía razón al decir que ustedes estaban aquí —Comentó el Líder de Grigori y tanto Reynare como Kalawarner asintieron.

—Son Kun aún no llega, pero estoy segura de que no faltará mucho para eso —dijo Akeno y tal parecía que predecía el futuro, pues la puerta se abrió en ese instante y la figura de Gokú entró por la puerta, siendo inmediatamente cuestionado por las preguntas de las chicas.

Tensiones - Capítulo 38.

—¡¿Qué hacen ellos aquí?! —Reclamó en voz baja Reynare y gokú le miró con poco ánimo. 

—¡¿qué es lo que está sucediendo?! —Preguntó Kalawarner.

—Yo invité a Akeno-san y a su padre a cenar, ¿hay algún problema con eso? —preguntó gokú bastante molesto por la reacción de las chicas.

—¡Po-por supuesto que no! —exclamaron pero más que eso... esa chica que tanto apego mostraba era hija de uno de los más grandes líderes de Grigori y eso les ponía en una posición para nada favorable.

—vaya, Son-kun ya está en casa —habló Akeno y caminó hasta posarse a un lado de Gokú, Baraquiel se puso de pie y se acercó a saludar también.

—Lamento no estar en casa, tuve que ir a comprar algunas cosas —explicó y se inclinó siendo tomado de gancho por la Himejima, solo dejando más intriga al cuarteto de chicas que no sabía como reaccionar a todo esto.


Todo en la sala pareció convertirse en un sitio repleto de angustia e intimidación, pero tampoco pasó mucho tiempo de esa forma, pues momentos después alguien más llamó a la puerta, algo extraño que incluso llamó la atención de Gokú y de alguna manera le trajo un mal augurio, uno que se hizo verdadero cuando Asia exclamó el nombre del recién llegado.

—Azazel-san, buenas Tardes —ella saludó al ver al Caído de cabellera azabache y Rubia en el pasillo.

—¡Hola! ¡hola! —habló animadamente y se adentró, tanto Gokú como akeno vieron llegar al hombre que traía en sus manos algunas cajas. —He comprado algo de ensalada —informó y Baraquiel fue el primero en ponerse de pie para mostrar algo de atención.

—Vaya, así que al fin llegas —habló el padre de la himejima con su actitud seria sin mostrar algún gesto de amabilidad pero tampoco se escuchaba molesto.

—Un momento, ¿qué estás haciendo aquí? —habló Gokú con poco ánimo ante la llegada del caído y recibió la ensalada, no recordaba haberle mencionado a alguien sobre esto y lo que menos quería era tener cerca a Azazel o a alguien más, sin embargo ese deseo estaba lejos de cumplirse.

—Vamos Son-kun, qué no se suponía que esto era una Reunión para rememorar los recuerdos de hoy? —indagó y sacó la cámara con la que había grabado al Son en su horario escolar y se pudo ver un Tic nervioso en uno de los párpados del joven.



—Ese idiota... ¡solo se la pasa complicando más las cosas! —masculló gokú, las manos le temblaban, pero Akeno le llevó inmediatamente a la Cocina. 

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora