Capítulo 88.

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Personajes Utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

El suelo bajo los pies de Gokú se fragmentó, y una pesada aura rodeó su cuerpo, sus puños se apretaron y sus gestos se fruncieron con el odio incontrolable que de él volvió a nacer, era un ki inmenso, tan grande que no podían imaginar cómo a pesar de que extrajeron de él cantidades inconmensurables de su cuerpo aún podía expresar más de lo que sus sentidos podían percibir, sus cuerpos temblaron y retrocedieron por la presión de tal corrupción que invadía el ambiente.

Aquellos orbes que flotaban al rededor de Cao Cao se convirtieron en siete armas más, cuyo filo se expresó en un destello amenazante.

—Es el poder de Longinius, el balance Braker de Cao Cao... —pronunció Jeane, que en compañía se aproximaron al campo de batalla al percibir tal abrumante poder mágico que emanaba de su líder, no esperaron menos después de ver la exagerada fuerza con la cual se está enfrentando, realmente iría con todo y su enemigo parecía estar en el mismo plan, sin embargo, repentinamente los esmeraldas ojos del Son temblaron y la sangre se le escapó de su boca.

Frente a la mirada de todos los presentes las piernas de Gokú cedieron y jadeante se precipitó hacia el suelo, el aura de su cuerpo desapareció y tosió con fuerza el rojo líquido que se derramaba sobre la tierra en grandes cantidades.

—¡Son-kun! — al unísono, el trío de la iglesia clamó ante la inesperada situación.

Rossweisse también se preocupó y reflejó ese sentimiento en su mirada, mientras una extraña angustia la apresaba al verle en ese deplorable estado. —¡¿Qué es lo que está pasando?! —demandó, Kuroka y los Youkai parecían saber algo al respecto y eso les infundía una angustia que no podían ocultar.

—E-es su poder, aún es exageradamente grande, continúa haciéndole daño. —respondió Kuroka, apretando sus puños y frunciendo su rostro. 

—A pesar de lo que hicimos... ¿realmente no tiene un límite? —los comentarios de los Youkai se escucharon igual de sorprendidos que angustiados, pero no pudieron hacer nada al respecto porque el ataque de Cao Cao inició y desde el filo de Longinius un gran ataque mágico se disparó. sea cual sea el estado de su cuerpo, Gokú tuvo que reincorporarse y apenas pudiendo responder logró esquivar el poderoso rayo mágico.

—Mi-mierda... —masculló mientras dejó de tensar su cuerpo y fijó su vista en su contrincante. —Creo que no todo podía ser así de bueno... —murmuró, su respiración se agitó y la mirada comenzó a nublársele.

de pronto un pequeño sello mágico apareció cerca de su oído y de ahí una conocida voz le hablo, o mejor dicho; Varias voces.

—¡¿Son-kun?! ¡¿te encuentras bien?! —las alteradas Voces de las chicas gritaron el joven se sorprendió pero no tuvo tiempo para responder, pues ahora fue Kuroka la que habló. —Go-chan, ¡No puedes utilizar ese poder, puede que te sientas mejor, pero el estado de tu cuerpo no mejoró y no podrá soportarlo!. —Le informó la neko a través del comunicador.

—Ya veo, entiendo... —Gokú murmuró mientras continuó evadiendo los constantes ataques de luz.

—¡Son-kun, no puedes continuar, debes regresar! —Una voz más habló, ahora fue Irina la que se sumó y tomando de las orejas a la Neko se acercó al pequeño sello comunicador.

 —No se preocupen, esto terminará pronto. —respondió. —Después de esto, pasearemos tranquilamente por Kyoto y luego regresaremos juntos a casa. —declaró y completamente decidido destruyó el comunicador y se concentró en la batalla.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora