Capítulo 104.

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—Se ha ido... —Musitó Asia cuando el brillo de aquel sello mágico se hubo desvanecido y con ello la ausencia de su amado le afligió.

—Go-kun estará bien, si-siempre está seguro de sus palabras y va a ganar.—Kalawarner habló intentando inútilmente de despreocupar a la Ex-monja y a las demás, pero especular no era una opción para ellas, no se quedarían de brazos cruzados a esperar una posible tragedia.

—Tengo un mal presentimiento, deberíamos llamar Kuroka e ir también.—Akeno sugirió y Rias afirmó con su cabeza concordando con ella.

—fue a pasar la noche en el apartamento de Koneko, debemos darnos prisa y luego ir donde Azazel-san.—ordenó y todas afirmaron con su cabeza.


Contienda bajo la lluvia - Capítulo 104.


Michael observó a quien ahora era su enemigo acercarse lentamente a él con esa actitud lo suficientemente fría y hostil para entender que no había forma alguna de hacerle cambiar de parecer, pelearían hasta que uno de los dos se rinda y deje ir a Irina de su vida.

Finalmente el recorrido de Gokú cesó a pocos metros del arcángel extendiendo ese momento que precede a la verdadera batalla. el ennegrecido cielo soltó un fuerte relámpago y el firmamento resplandeció, y avivando la tención, la lluvia se precipitó sobre ellos.

Respiró profundo en tanto cerró sus ojos, y más allá, los pares de esas blancas alas se extendieron espléndidas pero amenazantes, una gran lanza se moldeó y fue empuñada con rigidez aguardando por el siguiente ataque, fue un instante de angstia que; en los pocos segundos que perduró, se tornó interminable antes de que el primer ataque se diese.

Un destello rojizo navegó, tan rápido que su figura se vio distorsionada y el viento mismo escapó desenfrenado en los alrededores, en respuesta un sello mágico se moldeó y evitó que el báculo y su fuerza se descargaran sobre Michael, mas poco le serviría cuando en la colisión su magia se fracturó y retrocedió por la presión.

Gokú recuperó su báculo y se acercó con rapidez a su contrincante, tanto que, en un parpadear estuvo frente a las narices de Michael, era veloz y astuto por lograr reducir la distancia, pero ángel no sería tan fácil de acorralar.

Logró anticipar el golpe del báculo formando un par de sellos que le dieron el tiempo suficiente para retroceder, la velocidad de reacción era muy superior a la de cualquier otro enemigo que Gokú hubiese enfrentado antes y poco después voló por las alturas. Extendiendo sus manos creó un sello que destelló de un brillante dorado y un potente ataque nació en un rayo de luz que se aproximó al Son y colisionó con éxito envolviéndole sin tregua alguna de oponerse, o eso es lo que Michael creyó entonces.

—Eso no será suficiente... —la voz del chico exclamó y de entre la luz que se suponía debía estarle consumiendo; una barrera se extendió y se reveló la silueta de Gokú sin alguna clase de daño, y de no ser suficiente, su energía se expandió y dispersó la magia del ángel. —Muéstrame de que está hecha la voluntad de dios, yo ganaré de todas formas! —vociferó y blandiendo su báculo golpeó la luz con tal fuerza que dividió en dos el divino ataque del arcángel.

—¡¿Aún en su estado es así de fuerte?! —se cuestionó en sus adentros y empuñando una lanza de luz logró anticipar el golpe del báculo que intentó azotarle, la tierra bajo sus pies se resquebrajó y se fragmentó, sus extremidades se tensaron y logró oponerse a esa fuerza con la cual muchos sucumbieron. 

—Entonces, ¿es Dios a quien odias? ¿me odias por no cambiar el libre albedrío de las personas? —preguntó y en esa misma posición su puño chocó contra el de Gokú que también se precipitó ante él, tal fue la presión de ambos que los alrededores comenzaron a colapsar.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora