Capítulo 98

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respetivos creadores.

Una cierta punzada se presentó en los corazones de todas, al menos en la mayoría, pues Kuroka no le daba la misma importancia que las demás con este tema, para cuando ella llegó a la vida de Gokú  todo lo que se relacionaba al ese anhelo ya había sido dejado atrás, aún así la intriga por este sentimiento que embargaba la habitación comenzó a carcomerla, era notorio que de alguna manera las palabras de la valkiria habrían llegado a conmover a quienes hasta hace poco detestaban su presencia.

—Lamento una vez más todo lo que dije, no supe sobre los compromisos hasta después de haber arruinado las cosas y sé que soy la que menos tiene derecho en estar aquí, pero, no puedo dejar de quererlo. —concluyó después, llevando una mano a su corazón y tratando vagamente de detener su acelerado latido.

—Pero lastimaste a Son-kun. —Asia recordó, aún disgustada por aquello que tanto resentimiento trajo en un principio.

—Ya lo sé, pero espero enmendar todo eso si me lo permiten.—explicó inmediatamente. —Quiero poder hacerlo feliz, igual que ustedes. —afirmó con determinación.

—entonces, ¿dices que ya no te importa si eres la única en su vida? —Akeno indagó un poco intrigada y la valkiria afirmó con su cabeza, la impresión vino a las chicas.

—Si no mal recuerdo, creo haberte escuchado decir que las chicas que tienen esta clase de relaciones son personas fáciles. —Reynare añadió con descontento, declaración que avergonzó a la mujer de plateado cabello.

—Sé perfectamente que no es así, al menos las personas que rodean a Go-kun. —respondió ella. 

—Go-kun no es exactamente alguien que esté feliz con todo esto, si alguien ha sufrido con esto es él. —Kalawarner explicó. —intenta correspondernos a todas y eso es algo que no va a cambiarse. —aclaró nuevamente y ross afirmó una segunda vez con su cabeza.

—Quiero estar con él sin importar las circunstancias, si él llega a aceptarme, sabré que no me mira como una chica más, porque yo seré parte de su vida y él de la mía, formaremos un camino distinto y lo que venga formarán parte de nuestros recuerdos... —afirmó, con una cálida sonrisa que no podía ocultar, ese era su deseo, el anhelo que guardaba en lo más profundo de su corazón.

Gokú se mostró nervioso, no se vio capas de levantar la mirada, pues parecía era juzgado por cada una de las ocho mujeres que tenía frente a sus ojos.

—Estuvimos hablando con Rossweisse-san, entre mucha conclusiones, aún hay alguna duda que nos intriga y queremos que nos digas la verdad... —Rias comentó, cruzada de brazos y con una actitud seria. En este punto Gokú no tenía idea alguna de lo que pudo haber sucedido, pues la situación que involucraba a la valkiria no era precisamente una con la que todos estuvieran felices.

—¿aún quieres a Rossweisse-san? —Akeno indagó, y la presión de las múltiples miradas recayó en él por una respuesta, se estremeció y tragó hondo, la mente se le nubló al momento de recordar a la chica y no fue el único que se sintió temor, pues en la otra habitación Rossweisse escuchaba, completamente ansiosa por saber lo que gokú sentía verdaderamente por ella.

No supo qué responder, admitir que quiere a alguien mas parecía peligroso y más a alguien a la que se le guarda mucho rencor, en el mejor de los casos debería mentir y concluir con esto, pero no podía ignorar a la valkiria ni mucho menos la promesa que les hizo a sus amantes hace poco, las mentiras se acabaron y sería tan sincero como pudiese, no se guardaría nada.

—Ella aún me gusta. —respondió, en un tono bajo, pero claro. —Parte de las cosas que ocurrieron fue mi culpa, Yo no pude comprender a Rossweisse-san y las cosas terminaron mal, pero, a pesar de todo no puedo odiarla. —contestó y entonces levantó la mirada y confrontó al resto de sus chicas. —Tal vez esté mal, pero eso es lo que siento, al final no puedo evitarlo,  —concluyó.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora