Capítulo 79.

714 128 15
                                    

Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

—¿Qué mierda quieres de Issei?, ¿vas a secuestrarlo como lo hiciste con la princesa Yasaka? —indagó y se empeñó en dejar al chico tras sus espaldas. 

—Será mejor que te tranquilices son gokú, solo he venido a hablar con el dragón emperador rojo, no niego que quiero probar esa fuerza de la que tanto hablan, pero tengo asuntos más importantes. —respondió Cao-cao, tal respuesta solo hizo que la poca paciencia de gokú se agotase.

—Eres muy arrogante, tal vez tenga que romperte los huesos y hacerte cambiar de parecer. —gokú afirmó con un tono frío. —Veamos cuanto puedes mantener esa sonrisa hasta que me digas el paradero de la princesa Yasaka. —exclamó y le apuntó con su dedo.

—Gokú, no deberías tratarlos así, ellos son muchos! —exclamaba Issei desde las espaldas de Gokú.

—Si son 10 o 30 cadáveres, qué más da. —Gokú afirmó, y por un momento Issei no supo a quien temer, pues las declaraciones que ofrecía y el tono que usaban realmente lograban infundirle temor, contrario a los gestos que en Cao Cao provocaban.

—Esto resultará más difícil de lo que pensaba... —Suspirando Cao cao sopló con resignación y miró a uno de tantos encapuchados que le acompañaban. —Leonardo, es tu turno. —Indicó y una pequeña figura pasó al frente; frío e inexpresivo y acatando las órdenes utilizó un poder mágico que hizo emerger de entre la tierra a decenas de extraños monstruos.

—¡¿Qué es eso?! —Issei cuestionó, pero contrario a él, gokú no se intimidó ni un poco.

—Creo que si es necesario tendrás que utilizar tu entrenamiento, yo iré por el tipo de la lanza. —habló y lentamente comenzó a alejarse de Issei con dirección hacia Cao Cao.

—E-espera, ¡no estarás pensando en dejarme solo! —exclamó, pero sus gritos no hicieron detener a gokú que avanzando a gran velocidad se acercó hacia los recién llegados, sin importar que los números favoreciesen a Cao Cao.

—Realmente no parece tener miedo... —Susurró el pelinegro. —Veamos a qué nos enfrentamos. —Ante su comentario, el llamado leonardo asintió y todas las bestias que mantenía a su disposición atacaron lanzando ráfagas de energía que se aproximaron hacia Gokú. Podría pensarse que era un poder cualquiera que no haya combatido antes, sin embargo la sorpresa fue reflejada en los esmeraldas ojos del chico que sucumbió y fue empujado contra algunos edificios cercanos en los cuales se desató una gran explosión.

—¡Gokú! —clamó Issei ante tal escena que sus ojos presenciaron, el chico que se dice pudo contra los dioses había sido vencido de un solo ataque. —¡Ma-malditos! —volvió a bramar y el poder que reside dentro de su cuerpo se expresó en un gran brillo que invadió su brazo, fue cuando la forma de su sacred gear se hizo presente listo para enfrentar cualquier amenaza, sin embargo, contrario a lo que creía nadie buscó atacarle.

—Dragón emperador rojo, por qué te relacionas en este tipo de ambiente —indagó el hombre de la lanza. —¿Por qué te conformas al convivir en ese mundo en donde no ven en ti más que un peón al cual manejar a su antojo? —su tono, verdaderamente parecía buscar una respuesta, no se escuchó hostil ni amenazante, sin embargo, las múltiples siluetas comenzaron a rodearle y a presionarle.

—¿A-aléjense! —Vociferó y ejecutando lo aprendido en el inframundo hizo que la magia latente en él se condensara en un solo punto y disparó un poderoso ataque hacia el líder, era un poder del cual estaba orgulloso por haber aprendido, no obstante, toda su esperanza se marchó cuando la lanza de aquel hombre desvaneció esa fuerza con solo un golpe.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora