Mal de Amores.

Capítulo 62.

Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

—que optimista eres...  —dijo Loki que se tambaleó un poco por los anteriores ataques. —Pero me agradaría escuchar lo que se que quieres decir con tus absurdas palabras.—continuó mientras soltó una Risa y Fenrir volvió a Rugir una vez más amenazante dispuesto a matar al verdugo de sus hijos y concluir con esto de una vez por todas.

—¿Qué quiero decir?—repitió esa pregunta y se encorvó con sus manos poco tensas y su báculo siendo sostenido a sus espaldas. —Es simple: te venceré, te mataré y levantaré mi nombre con tu caída, les enseñaré al resto de Dioses miserables como tú lo que les sucederá si atreven a meterse conmigo. —aclaró y luego lentamente su paso se reanudó con dirección de sus enemigos. —¡Haré que te arrepientas por haber lastimado a Xenovia y Akeno! —vociferó y luego de su cuerpo una exagerada cantidad de ki hirvió abrumante al rededor del escenario, extendiéndose y tomando formas que a ojos de Loki y sus aliados se transformaron en destellos que recorrían el campo de batalla, estrellando la tierra bajo ellos y levantando una espesa nube de polvo en los alrededores que cubrió a las bestias Nórdicas.

—Si es así, ¡Terminemos con esto! —exclamó Loki y extendió su mano ordenando a sus poderosos hijo avanzar al frente, desatando aún más el poder de la serpiente infinita que brilla en sus frentes y la cortina de fuego se expandió por todo el escenario como el centro de la erupción de un activo volcán, y Loki, con su poder acribilló la nube por la cual Gokú  intentaba escabullirse y cercarse, Pero el Humano apareció en medio de la oscuridad, con un manto brillando al rededor de su cuerpo y esquivando todos los ataques de la deidad nórdica se acercó más y más con intenciones claras de no parar.

Con una velocidad absurda, Fenrir intentó atraparle entres sus afilados colmillos y destrozarle con sus mortales garras, sin embargo, lo único que devoró fue una imagen residual que cual fantasma se desvaneció apenas tocarla y la confusión se presentó cuando en medio de los constantes ataques de Loki y no pudo verle y tampoco le encontró en las llamas que se precipitaban sobre el escenario, esta vez pudo percibirse que Fenrir no era el cazador, era la presa que llena de confusión y fervor buscaba a su verdugo sin tener éxito, así fue hasta que desde las alturas los destellos descendieron a gran velocidad, hojas brillantes que apuñalaron todo cuanto se encontrase en el campo de batalla, una lluvia mortal que ni Fenrir a su máxima velocidad pudo prevenir y fue atrapado por las explosiones Mortales que le dañaron de tal manera que su cuerpo fe expulsado con los escombros, hasta que golpeado por el báculo fue incrustado en el suelo brutalmente, pues el objeto atravesó su larga nariz y empotrado en la superficie no pudo hacer más que rugir ahogadamente de dolor, ya que ahora solo era un prisionero del humano que había derrotado al ser que vive para devorar a los dioses, el humano que sobre su cuerpo se levantaba listo para cambiar el destino de su padre y hermanos.

—Quédate aquí... —Masculló Gokú y regresó su mirada allá donde Loki se reincorporaba con su subordinado restante.

—Esto es imposible, ¡¿Cómo puede tener la fuerza para derrotar a Fenrir?! —exclamó Loki mientras su rostro no hacía más que expresar odio y confusión, pues se suponía que con el poder del infinito la bestia sería imposible de vencer, pero un simple humano se había levantado con la victoria y no parecía abrumado por ese monstruoso poder, ¿Entonces qué significaba todo esto? ¡¿Quién era este tipo?!.

El paso de Gokú se reanudó y esta vez fue el turno del dragón que habita en las profundidades de Mirgard, que deslizándose a grandes velocidades desató el calor que alberga en sus interiores, tan espeso que parecía escupía un rio de lava desde sus fauces, pero la monstruosa fuerza de Gokú agitó el báculo y cortando el aire dividió el dos las llamas que se acercaban a su posición y el golpe que arrastraba el viento consigo golpeó al réptil y apartó a Loki ante la presión que devastó el campo y rompió sus posiciones.