Capítulo 36

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores

La tarde era tan común como las otras, el hambre le revolvía el estómago pero no se preocupaba, porque ese día en especial había comprado el pan más rico de la cafetería.

Apartado del resto; miraba cómo los demás solían observarle con fastidio, más de una vez se encontró con alguien mirándole con esa sensación plasmada en su retina, hace ya mucho tiempo se había acostumbrado y no le importaba, así habría sido, de no ser por ella, la misma chica que ahora tiene frente a sus ojos.

Decir que la llegó solo a querer se quedaba corto, en ese entonces era mucho más ingenuo de lo que hoy en día es, tal vez fue por ello que en un punto sentía que ella era todo lo que tenía, su felicidad podría reducirse solo a un nombre "Ravel".

Victoria - Capítulo 36


Le miró llorar una vez más. Era la única persona que antes le vio expresarse en lágrimas, era ella aquella que aún cuando se fue continuó siendo apreciada como una horrible y bella calamidad, pero ahora ni siquiera la miraba de esa forma, a través de sus ojos no era diferente a Raiser.

Sus temblorosas manos continuaban sujetando el vestido de la Rubia que sin palabras en la boca era incapaz de hablar o de siquiera emitir sonido alguno, estaba abandonada en esa retina melancólica en la que no hacía más que reflejarse, siendo a causa de esas lágrimas amargas llenas de odio y a la vez de tristeza.

Qué podría decir, ¿que gokú estaba más alto que la última vez? ¿que seguía siendo tan lindo como siempre lo había sido? ¿debería darle una explicación sin sentido a lo que antes ocurrió? ¿qué clase de respuesta podría dar a esa cuestión que lanzó con tanta ira?, no, no tenía algún derecho de siquiera hablar, esa era la realidad. Ravel no sabía quién era ese chico, no lo supo antes ni posiblemente lo sabría, era tan egoísta que no evitó sentirse tan mal, ¿Tanto daño hizo para que un hombre con tanta fuerza llore de esa forma?.


En menos de lo que se esperó la realeza de Raiser apareció, no solo ellos, Akeno hizo presencia e inmediatamente intentó intervenir tomando aquellos descubiertos brazos que apresaban la ropa de Ravel

—¡Gokú! —ella le dijo, incitándole a soltar a diablesa, pero el chico se mantuvo en la misma postura, mirando directamente a la Diablesa. —¡De-debes calmarte, ya todo ha terminado! no es necesario crear más problemas... —la sacerdotisa continuó y ahora tocó las mejillas de su chico, que al contacto regresó a la realidad, su cuerpo comenzó a temblar y poco a poco soltó a la princesa.

Fue cuando sus ojos se apartaron de ella y cedió al contacto de akeno quien frente a ella misma y al resto de todos le aprisionó en su pecho. —Ya todo ha terminado... —le volvió a repetir, solo ella podría comprender por lo que el chico está pasando, —Hay que irnos... —Akeno susurró y gokú asintió, incapaz de volver a ravel directamente, y luego, en un destello mágico el ahora respetado prometido de Rias gremory salió con su honor y orgullo intactos.


—Vaya, qué conclusión tan extraña... —Una chica pelinegra y de cabello largo comentó, ajustando sus lentes y dirigiéndose a Sona sitri que asintió de la misma manera.

—Son Gokú... ¿qué es realmente? —indagó Sona, que ya no solo era la pelea lo que más le había intrigado, ni el compromiso de Rias era ya lo principal que le había tomado por sorpresa, si no el chico en sí, ya venía siendo un misterio desde la pelea con kokabiel y el día de hoy no había hecho más que aumentar su incertidumbre.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora