Capítulo 25.

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Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

Con cada paso que daba se planteaba esas preguntas una y otra vez; ¿alguien a parte de Akeno le admira por quien puede ser y no por su poder? ¿en realidad sería alguien si no tuviera esa fuerza?, Reynare, Kalawarner y Asia ¿en verdad le habrían conocido? y de ser el caso ¿le habrían ofrecido su amistad?.

Continuó caminando con un poco de desánimo hacia aquel lugar, sus manos temblaban y su mirada descendía al suelo, desearía poder haber hecho lo creía correcto desde un inicio así no tendría complicaciones y más tarde al llegar levantó la mirada y pudo ver a Xenovia ya esperándole y que pareció sonreír cuando le encontró con la mirada.

—Te has tardado un poco Gokú-san —ella comentó al momento en que su chico se sentó a su lado.

—Hoy había más gente de lo usual en la cafetería —respondió un poco nervioso.

—Entonces, deberíamos almorzar —ella tomó el pan y comenzando a romperlo lo extendió a la boca de gokú, siempre parecía alegrarle ese pequeño momento que era solo para los dos y por más pequeño que fuese el gesto de felicidad en el rostro de Xenovia siempre era contagioso, eso era algo que en estos días gokú había aprendido, lastimosamente hoy no podría contar con eso.


Sentimientos confusos - Capítulo 25.


—Oye xenovia... —fríamente habló sin corresponder al gesto que ella le ofrecía. —¿Hay algo que te guste de mí? —preguntó sin rodeos, ella se mantuvo serena mientras retiró el trozo de Pan, pero era suficiente para saber que estaba desconcertada por la pregunta. —Dijiste que yo debía ser su tu esposo después de derrotar a Kokabiel ¿no es así? —continuó formando la pregunta de forma más concreta, esta vez ella asintió como su primera respuesta.

—Así es, su habilidad en combate cautivó mi corazón, eres muy fuerte —respondió Xenovia gokú descendió la mirada, sus labios se consumieron en silencio y el momento que compartía con la mujer pareció romperse. —¿Sucede algo Gokú-san? —preguntó xenovia.

—Si que sucede algo...—respondió él con voz baja. —Sabes Xenovia, en realidad siempre quise compartir el tiempo de esta manera, hablar con alguien en los descansos y también compartir mi almuerzo, tener a alguien con quien planear un futuro y u-una familia, es por eso que un día decidí empeñarme en conseguir ese sueño —explicó y se mantuvo así, mirando la hierba bajo él. —Tú me ofreces la oportunidad de hacerlo realidad y te agradezco por eso... pero no estoy seguro de que esto funcione —confesó, había evitado hablar de esto, pero tal vez era mejor terminar con todo aquí antes de continuar.

—No entiendo... —Respondió Xenovia. —¿No me quieres para formar una familia contigo? —Continuó preguntando con su habitual tono serio, pero estaba clara su confusión.

—No-no es eso —respondió Gokú. —Solo no puedo aceptar que la única razón por la que te atraigo, es solo porque tengo fuerza —continuó. —Es como si yo no tuviera nada más para ofrecerte... —Era como lo decía, todos siempre le han buscado por esa misma razón, cada problema que ha aparecido siempre es por esa misma causa, el poder ha sido el culpables de su miserable pasado y del todo odio acumulado, siempre ha esperado que alguien se fije en él de una manera distinta.

Finalizada la explicación, un pequeño trayecto de silencio se formó, la chica de cabellera azul no dijo nada, simplemente miró hacia al frente y pareció vagar en sus pensamientos, hasta que al fin soltó el pan restante en la hierba y dejó el lugar sin haber reprochado aquella manera de razonar, seguramente se habría decepcionado de la manera en que gokú pensaba o por lo egoísta que había sido al no aclarar las cosas desde un inicio, tal vez miraba en Xenovia a alguien más y eso era horrible como había dicho koneko.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora