Capítulo 72.

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Personajes Utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

—Bueno, sabíamos que había luchado contra un Dios llamado Loki, pero no pensamos que fue tan grave. —explicó Asia con un tono que expresaba angustia y preocupación, en ese momento todas las chicas se miraron mutuamente compartiendo ese mismo sentimiento.

—Bueno, seguramente Go-kun no lo mencionó porque no quería preocuparnos. —concluyó Reynare agitando su cabeza, era bien sabido que gokú siempre se muestra de esa forma.

—Además Rias y su realeza estaban con él, Gokú tampoco es que sea alguien débil. —Añadió Kalawarner, en el fondo evitaban pensar que realmente pudo haber pasado algo tan grave como para engoarse con él a estas alturas, seguramente descubrirán todo cuando regresen a casa.

—Es cierto, Son-kun es muy fuerte. —apoyó Rossweisse. —La manera en que protegió a todos fue increíble. —acompañada de una sonrisa soltó esa declaración, un rubor pintó sus mejillas y vagó en sus pensamientos recordando esa noche caótica y luego al hombre que se levantó con la victoria antes de que llegase el alba.


—Go-kun, tu cabello es tan suave como siempre... —frotándose contra él expresó sus gestos cariñosos, aquella era una noche más en donde su clandestino encuentro se daba, un momento de descanso en el cual Kuroka podría descansar y relajarse un poco. —Como me gustaría abrazarte todo el día y tenerte para mí sola. —declaró mientras sus brazos rodeaban el torso del varón y le aferraban a ella. —¿No te gustaría eso? —indagó susurrando dulcemente, algunas veces su tono pícaro y coqueto desaparecía y parecía buscar una respuesta sincera, sin embargo los lábios de gokú no pronunciaban respuesta alguna.—Por qué actúas de esa forma, ¿no te gusta estar conmigo? —preguntó fingiendo mostrarse triste y apagando su tono.

—No es eso. —Respondió él. —Me-me gusta estar contigo. —prosiguió con ese mismo gesto, que más que mostrar esa timidez, parecía ser más una mezcla de melancolía y confusión y kuroka no discutió ese sentimiento. Todo se reducía a esa frase cuando se rehusaban a indagar sobre lo que sentían mutuamente.

Pasado, presente y futuro, todos eran una incógnita en las horas nocturnas que compartían, ¿bastaba realmente con esto? ¿bastaba con sentir que no podrían ir un poco más lejos? posiblemente no y sus corazones se lo gritaban y ellos les ignoraban para conformarse con ese acercamiento disfrazado de tal acuerdo que les unió en primer lugar, la forma en que se han buscado todo este tiempo ha sido diferente y ellos lo saben, tal vez es por ello que temen estrellarse contra algo que puede lastimarles.

El silencio se extendió lo suficiente, las risitas se desvanecieron y solo fueron ellos dos en ese profundo pero reconfortante silencio, el contacto que noche tras noche les acercaba y la calidez que le acompañaba eran atrapantes, de pronto los párpados de Kuroka le pesaban y se entregó al cansancio que todo este tiempo ha ignorado y reposó completamente en la espalda del varón.

Su respiración débil y su frágil y vulnerable estado llamaron la atención del joven, lentamente y sin decir nada le recostó sobre sus brazos y recargó todo el peso de la neko en su pecho. Verla así era incluso más cautivador que cualquier otra faceta que hasta ahora pudo haber encontrado en ella, era como si la belleza de la noche se reflejase en el brillo de su piel, en su suave y largo cabello, en sus orejas caídas que de vez en cuando saltaban inquietas delatando una extraña felicidad interna y al apreciarle su corazón latía desenfrenado, totalmente cautivado por ella.

lentamente los dedos de la neko se deslizaron y tocaron y apresaron gentilmente los suyos, y los arrastró delicadamente hasta posar su mano en el pecho de la mujer, no obstante no había lujuria ni perversión, solo un vago intento de demostrar esos sentimientos más ocultos.

Mal de Amores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora