CAPÍTULO 1

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ALAIA

Mientras escuchaba en la radio The Weekend con After Hours. Comenzé a sentir pesados mis hombros y supongo que es por haber conduciendo por media hora hacia mi trabajo. Mientras que mis manos tocaban el volante al ritmo de música hasta que el semáforo cambia a verde y continuar al camino hasta el estacionamiento de la empresa.

Antes de llegar a mi trabajo pude ver a una señora y su hijo caminar muy contentos y recordé los momentos en los que yo era niña y era feliz.

«Amo con locura a mi familia loca»

Son únicos, somos únicos diria yo. Los extraño. Ya quiero que llegue el momento de vacaciones y pueda verlos de nuevo.

Antes de bajarme del auto me observe en el retrovisor y arreglo mi maquillaje. Al ver mis ojos rogue a Dios que mi jefe no, note el cansancio que traía de la noche anterior.

Culpa de mis mejores amigas.

La intensidad del color de mis ojos amarillos, siempre atraido atención y la verdad es que me gusta. Mientras me arreglaba el maquillaje paso la señora con su hijo, por mi ventana y el niño le dijo a su mamá:

—Mira mami, ella tiene el color del sol en su ojos, se ve muy bonita.

Realmente me sentí muy bien al escuchar eso de un niño inocente, pero a la madre le pareció un comentario inadecuado y lo regaño de tal manera que el niño se le borro la sonrisa y se alejaron sin más decir.

Al salir de mi auto el calor me recibió.

California es tan caliente y tropical casi como si estuviese en Brazil.

Colorida, calurosa y un destino espectacular para trabajar, estudiar, visitar, envie ejem y hacer lo quieras.

Cuando bajo de mi auto rápidamente acomodo mi ropa, hasta que escuche un claxon que resonó detrás de mí, así que girare mi cabeza para encontrarme a mis dos locas mejores amigas gritar y celebrar mientras dejanban a dos tipos en la camioneta negra donde ellas estaban.

—¡Buenos días, caramelo! —grita Dulce referiendose a mi.

Linda baja del auto con mala cara y cierra la puerta de un golpe. No esta de humor.

—Cállate Dulce, me duele la cabeza —se queja Linda y no puedo evitar reírme bajo.

—Demonios de que te ríes, arruina planes —me dice Linda acusandome.

Mis amigadramas. Le llamo mi mejores amigas con la alegría de una estrella fugaz, pero tan dramáticas como una telenovela.

—Les dije que era mala idea ir de fiestas un lunes y peor si teníamos clase hoy —ambas rodaron los ojos y las tres nos comenzamos a encaminar hacia nuestro trabajo.

Pasamos todo el estacionamiento de la empresa mientras el auto de los dos tipos desaparecían.

Se perfectamente que eran los chicos de la fiesta de ayer.

—Te viniste a la una de la mañana —hace un puchero Dulce.

—Era suficiente para mi, —ambas ríen bajo. —¿Qué es lo gracioso?

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now