Capitulo 47

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Amor...

Michell

Regresar a mi casa fue como un golpe a realidad, y un despertar de mi ilusión. El encontrar mi antiguo diario que no reconozco fue otro golpe que me hizo entender que necesito la verdad para comprender que fue lo que me paso, porque me siento ahora así y porque mierdas mi familia no hablo de ello. Me recuesto en mi cama sin poder asimilar todo, mi vida es una mentira esta versión no soy yo, creí que me sentía vacía antes, pero es todo lo contrario, es por la sencilla razón de que no estoy viviendo mi vida real. Escucho voces y pasos en la casa que me alarman inmediatamente, dejo mi diario en la mesa de noche, salgo de mi habitación en silencio mientras en segundos reconozco esas voces que extrañaba escuchar.

—¡La matare por hacerme esto! —escupe una voz que llena mis oídos de sentimientos

—Yo igual—secunda otra voz que me alegra escuchar.

—Regreso y ya quieren matarme...—mofo bajando la escalera con rapidez.

—Tú, alma salvaje y viajera, ¿Por qué no dejaste así? —pregunta alegre y molesta mi amiga Linda mientras mi amiga Dulce se posiciona detrás de ella asombrada.

—Hija, tus amigas...

—¡Te amo tanto, que te odio! —grita Dulce interrumpiendo a mi padre, ambas inmediatamente corren hacia mi dónde nos abrazamos y gritamos de alegría las extrañaba demasiado.

—También las amo y las odio, por odiarme—digo entre risas y pequeñas lágrimas de felicidad, mi padre al ver que en este momento sobra decide caminar hacia la cocina.

—¿Dónde mierdas te metiste? —pregunta mi amiga Linda mientras nos sentamos en mi sillón—¿Y por qué carajos solo nos dejaste una miserable carta, si querías escaparte con un macho, solo tenías que decirlo? —me asombro al escuchar eso, nunca deje una carta.

—¿Cuál carta? —pregunto algo desconcertada.

—Tu dejaste una carta, diciendo que te ibas de viaje para desesterarte—me informe Dulce y lo único que me hace reaccionar es pensar que Dominic lo hizo. Asiento muda, ya que nunca me imaginé que él, hiciera estas cosas.

—¿No puedo unirme? —pregunta dulcemente mi hermana adentrándose a la sala y haciendo gritar a mis amigas.

—¡Pequeña! —grita Dulce.

—Claro ven acá, hoy será noches de chichas, ya que gracias a una que desapareció meses—habla Linda mientras toma a mi hermana en sus brazos para recostarla encima de nosotras tres.

—¿Esperen qué? —pregunta mi papá asustado asomando la cabeza desde la cocina—Creí, que se irían hoy

—Lo siento señor Alan—Dulce se mantiene decidida—¡Hoy será una pijamada! —grita y padre niega preocupado regresando a la cocina.

—Bien, sacare las botellas de la cocina—Aly, se levanta para ir por ellas y comenzar con la diversión, todavía me encuentro débil y dolida por Dominic, pero me niego a no disfrutar de la compañía que extrañaba.

—Comencemos esta locura—Dulce corre por sus maletas al auto con linda mientras me detengo a seguir en sillón, decidiendo en qué momento pediré que me digan la verdad...

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—Niñas, por favor ya es tarde—nos reprende mi papá ya que nuestra risa y borrachera se escucha a kilómetros de distancia.

—Perdón señor Alan, pero es que Massimo, esta delicioso—Linda no puede evitar disfrutar de tal hombre tan siquiera por la televisión. Aun no entiendo como accedí a ver 365 DNI, sabiendo como somos las cuatro, cuando de hombres se trata—Tiene ese cuerpo perfecto, esa mirada hipnotizadora y esa manera de darte ordenes sensualmente, que te hace creer que fue creado de otro mundo.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now