Capitulo 40

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Solamente yo

Pov Michell

El collar en mí hace que mi corazón explote, pero me remuevo un poco leer la inicial y es por marcarme como su territorio. Estoy completamente consiente que Dominic es muy posesivo y celoso conmigo, pero mi corazón se niega a pensar que es malo, mas solo se concentra en amarlo demasiado y desearlo mucho como toda ninfómana a cualquier hora.

—Te quiero—susurro para el en su oído provocando que suelte un gruñido ante la satisfacción que le causa mi confesión de amarlo. Sentir como su mano me toca el trasero fuerte sin ninguna muestra de pudor hizo que mi entrada comenzara a palpitar debido al deseo que siempre emano por él. Su palmada fuerte en mi nalga derecha me impulso a darle un beso fuerte y deseoso, su lengua entrando en mi boca siempre lograba ponerme solo a la disposición sucia de él.

Cuando la doctora obligo a que Dominic saliera de la habitación, una sensación extraña me advirtió de que algo estaba pasando. Al sentir el peso del collar en mi cuello de nuevo, mi corazón se detuvo por unos segundos que estaban llenos de entusiasmo, girar mi vista hacia la puerta provoco que toda la emoción y felicidad que me había dejado el regalo de Dominic y sus muestras fuerte y exigentes de cariño, desapareció completamente de mi. Me encontraba sola en una habitación algo pequeña con una cama espaciosa y suave. Pese a que el lugar hacia mucho calor, tenía un pequeño aire acondicionado de los antiguos que mantenía agradable la estadía. Al acomodarme espere por horas para que Dominic volviera, me imagine que tendría muchas cosas de trabajo que hacer con ella, aunque una sensación de molestia me embargaba en el pecho al saber que estaban solos.

El pasar de las horas me preocuparon, nadie había venido a informarme nada y la puerta estaba cerrada con llave desde fuera y el recuerdo lleno de miedo viene a mi cuando escucho el sonido del pestillo, tal cual como cuando me mantenían encerrada en la isla. El intento de distraer mi miedo y mi presentimiento fue inútil al querer leer los libros que había traído para mí. Al ver que ya tenía sueño me percate que no vendría y el miedo creció e invadió todo mi pecho. Estaba sola y no tenía ni ideo de qué tipo de trato estaban acordando ya que no respondieron mis dudas. De un momento a otro estaba en un sueño profundo donde me encontraba en los brazos de Dominic, me sostenía dándome un beso en la frente mientras yo acariciaba el collar que me regalo enfrente al espejo enorme que teníamos y podía contemplar como éramos perfectos juntos. La felicidad que transmitía mi rostro era irreconocible, me sentía más que completa y satisfecha con Dominic. 

Al subir la vista para buscar a mi hombre de nuevo, mi corazón se detiene cuando veo el espejo, el hombre que me atormenta con su apariencia de rubio lleno de oscuridad y una maldad palpable que me persiguen en mis pesadillas, es el quien besa mi cuello como si fuese su mujer. Con una mano sostiene el collar de mi cuello, mientras el miedo me paraliza...

—Malysh, esto es demasiado ordinario para una reina—susurra a mi odio y su sonrisa aparece mientras una lagrima se desborda de mi mejilla.

(Malysh = Bebe en ruso)

En medio de un sueño desagradable unos golpes retumban en mi cabeza, al abrir los ojos lentamente observo que la doctora de ayer esta enfrente mío con una carpeta en mano y sus asistentes se mantienen anotando algo en sus libretas.

—Buenos días...querida—me dice la doctora con una amabilidad que atemoriza y una sonrisa que me revuelve el estómago. Su aspecto no me asusta más sus intenciones si, ella es una alta castaña con una mirada potente, pero no muestro tal intimidación ya que no me gusta sentirme de tal manera. Al verla me percato que Dominic no esta y trato de buscarlo con la vista hacia la puerta.

—No lo busques, querida—me dice mientras lee algo en su carpeta—No lo volverás a ver—la respiración se me estanca en la garganta, el cerebro me da vueltas. El pase de la saliva por mi garganta es imposible con lo que acabo de escuchar. «Imposible» él nunca me dejaría después de lo que pasamos y con lo que acabo de confesarle. Nauseas golpean mi cuerpo haciendo unas pequeñas horcadas a lo que siento.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now