Capitulo 29

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Yo también lo hare


Michell

Como es posible que les haga esto si yo ayer me sometí a el para que no les hiciera nada; Escucho mas gritos y me acerco a Nora.

—¡Quedan ocho horas! ¡A moverse!—le grita a Emma quien esta escalando una pared de madera para caer a la otra parte y seguir con el ejercicio de unos troncos que tienen cuerdas que deben esquivar. Y la furia me toma al escuchar que los tendrán diez horas entrenando sin descanso.

—Nora ¿Qué esta pasando aquí?—le digo y ella voltea al igual que Julián. Los dos andan su traje negro de soldados con sus botas de cuero y llevan gorras que los cubren del pequeño sol que hace ya que es de mañana.

—Michell esto no es de tu incumbencia—me dice con la mirada al suelo.

—Es una orden—comenta Julián a la par de ella. Es un orden ya se de quien es y no es justo que el haga esto.

—De Dominic me imagino—bufo y ellos ni se inmutan pero se con quien tengo que hablar para arreglar esto y siento como mi cabeza arde de enojo.

—Michell no te metas en mas problemas ellos se lo buscaron...—dejo con la palabra a Nora y sigo mi camino, se que este hombre no me hará caso pero debo intentarlo. No dejare que hagan diez horas seguidas de ejercicio en un circuito que los dejara medio muertos, sin derecho a parar ni a beber agua o comer.

Me dirijo al castillo cuando escucho los pasos de los dos soldados que me cuidan y ya se me había olvidado que estos me siguen a cada lado. Después de lo que sucedió ayer era evidente que el tomaría represarías conmigo no con ellos, eso no era parte del trato. Sigo y continuo subiendo las enormes escaleras de este castillo y doblo en el pasillo izquierdo que es la parte donde esta el estudio, la habitación mía y la de el. Las demás habitaciones son el cine, la biblioteca y mas cosas. Llego hasta la imponente puerta del estudio y me volteo para ver los dos soldados.

—Les recomiendo que se queden aquí a fuera—les advierto para que me den un poco de privacidad ya que conociendo a Dominic van a ver gritos de por medio. Toco la puerta y esta se desliza a la izquierda inmediatamente dando paso al estudio, cuando entro mi mirada se va hacia el hombre que esta en el escritorio. Hace un movimiento con su mano bajando un retrato lentamente sin quitarme la vista de encima, el retrato lo tenia en la esquina del escritorio y realmente en este momento el enojo me gana mas que la curiosidad.

—Dominic me puedes explicar, que esta pasando a fuera—se lo suelto acercándome a escritorio sin bajarle la vista y el como siempre me dedica una mirada fría, controladora y intimidante.

—Primero que nada no te debo explicaciones ellos son mis soldados—lo dice mientras entrelaza sus dedos encima del escritorio tratando de intimidarme.

—¡El castigo lo pague yo!—le digo enojada.

—Pero no el de ellos— hace una sonrisa llena de malicia y de nuevo estoy ante el mismo hombre que no se midió para secuestrarme y encerrarme en una isla por meses sin una pizca de remordimiento para declararme suya.

—Dominic yo me sometí por ellos—le mantengo la mirada aunque mi corazón este mas que acelerado ante la reacción tan tranquila que tiene al saber que puede matarlos de agotamiento pero de un momento a otro su rostro demuestra enojo y molestia ante mi intervención.

—¡Ellos tiene que pagar sus actos también!—me grita y yo retrocedo por instinto, sabia que iban a ver gritos de por medio en esta conversación.

—¡Bien!—le grito y el reacciona con una sonrisa de victoria pero no por mucho.

MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now