MI NECESIDAD OSCURA [EN EDICIÓN]

Capítulo 57

Michell

Siento mi respiración detenerse, mi corazón colapsar cuando mi cuerpo observa como el Dron entra por la ventana y emite un sonido que me hace anclarme al suelo. Mis manos se detienen con sudor frio y el escáner se detiene a la mitad cuando emite de nuevo ese sonido. El silbido me hace ver luces parpadeando en mis ojos, maldigo cuando lo emite de nuevo y mi cerebro quiere explotar. Imágenes en segundos se aparecen en mi cabeza, golpes, gritos, tripas, sangre divagan con fuerza.

Grito con fuerza cerrando mis ojos y el silbido vuelve con más fuerza dándome una migraña de dolor mientras otras imágenes vienen a mi memoria. Recuerdos vienen a mi dónde lloro en mi habitación, maldigo detrás de Dom y el...ordena que lo escuche, pero me niego subiendo un avión con lágrimas en mis ojos y con un dolor en mi estomago fuerte. Escenas donde veo azotes de Dom, mordidas, folladas y embestidas de otro universo me hacen viajar hasta otra parte...donde me encuentro imágenes de mi hermana ser arrastrada lejos de mí mientras me azota es un puñetazo.

Grito más fuerte y una imagen de Dom tomando en sus manos mientras tiene sangre en su rostro, lo que me hace llorar más fuerte con mis ojos cerrados es cuando una imagen de él, diciéndome —Aquí estoy, gatita... — el silbido continuo y mi piel arde, sigue, sigue y sigue taladrando y rompiendo hasta mi alma...

Una mano me sujeta con fuerza de mi ante brazo y me saca de mis pensamientos donde aparecían a mi cabeza como avalancha de nieve contra una colina enorme, la cual siento que es mi pequeño cerebro y mi delicado corazón roto. El silbido continúa abro los ojos con lágrimas y observo como el escáner se acerca a mí.

—¡Muévete! — gritan y no me percato en el momento en que ruedo con un cuerpo enorme encima mío.

—¡Haz que se calle! —imploro con dolor y el silbido continúa fuerte en mis oídos, con el miedo en mi garganta.

—¡No está aquí! —escucho lejos como me gritan para sostener mis manos, pero no puedo escuchar nada que no sea el maldito silbido en mi cabeza.

Maldigo el momento donde me pongo en cuatro para vomitar con fuerza contra la pared donde estoy escondida, unas manos toman de mi cabello y sostienen mi mentón con fuerza. Suplico entre arcadas que se detenga, que el silbido no siga, pero continúa matando mi mente.

No escucho muy bien, pero cuando las manos dejan de sostenerme por varios minutos donde sigo suplico que se detenga bajo con mis manos en mi pecho, luego escucho un disparo fuerte hacia mi derecha, pero el silbido está en mi cabeza. Cierro mis ojos con fuerza cuando unos brazos fuertes y grandes sostienen mi cuerpo y maldigo sentirme débil, detesto no superar aun ese maldito sonido que me hace llorar por las noches. Escucho pisadas, murmullos y una puerta abrir escandalosamente con un golpe.

Siento suavidad en mi cuerpo cuando me depositan en algo mientras obligo a mi cerebro no escuchar la mierda, aun llorando y temblando del pavor mientras el sonido se repite, repite y repite en mí. Abro los ojos con delicadeza mientras sostengo las lágrimas que amenazan con salirse de mis ojos irritados del impacto. El daño causado por accidente o intencional, no fue físico, sino mental, donde golpearon mi avance para hacerlo mierda.

—Escúchame —me ordenan tomando mi mano y haciendo que mi cuerpo -que se encuentra flácido- se ponga firme en la cama que me encuentro. Subo mi vista y lo que encuentro cara a cara al hombre de ojos cafés claros, cabello revuelto y sus venas remarcadas en su cuello con furia. Hago un puchero cuando observo como sus ojos mí me traen una paz que no debería sentir por nada del mundo, pero la cual solo él puede provocarme. —No está aquí, yo estoy aquí y solo deberías de pensar en mí.

«Ese es Dominic Volkova»

—Solo... —trago saliva y clavo mis ojos es su iris café que tanto me vuelven loca en el buen sentido y en el malo también. —, haz que se detenga el sonido.