Que Pesada.

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Aquella noche fue difícil para ambos, Altagracia lidiaba con sus dolores habituales y José Luís no podía cerrar las piernas, le había dado un rodillazo bien potente en las bolas, recién a las cuatro de la mañana ella consiguió dormirse, tal vez fu...

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Aquella noche fue difícil para ambos, Altagracia lidiaba con sus dolores habituales y José Luís no podía cerrar las piernas, le había dado un rodillazo bien potente en las bolas, recién a las cuatro de la mañana ella consiguió dormirse, tal vez fue porque el dolor la había agotado demasiado, al llegar la hora habitual en que se despertaban para que pudiera despedirse de Aliyah en lo que José Luís la llevaba al kinder, Altagracia le pidió que apagará la alarma en un susurró.



– Apagala por favor... — reafirmó se agarre a la almohada

– Ya lo hice... ¿Dormiste algo?

– Casi nada, dile a Magda que sólo suba cuando sea el horario de tomar mi analgésico, tratare de seguir durmiendo

– ¿Quieres que llame a tu médico? Para que te revise el tobillo por lo de ayer

– No quiero a nadie aquí hasta que me tome el analgésico — intento acomodarse

– De acuerdo, dejaré las luces apagadas



Se acercó un poco para dejar un beso sobre su cabeza y luego salió de la cama, se encargo de tener a Aliyah lista, desayuno con ella mientras le explicaba que mami había tenido una mala noche debido al tobillo, después tuvo que decirle lo mismo a Magda para que no subiera al cuarto a menos que Altagracia la llamará o fuera hora de tomar el analgésico. Magda lo respeto pues no quería lidiar con el mal genio de Altagracia, por supuesto no contaban con que a Mónica le valiera cinco y fuera hasta el cuarto con la charola del desayuno.



– Mamá, debes comer algo, ya casi va a ser hora de tu analgésico, no puedes tomarlo con el estómago vacío

– No quiero vomitar pero lo haré si me acercas el desayuno ahora

– No vas a vomitar, hace tres semanas que no lo haces, ya tienes cuatro meses, estarás bien

– Mónica, te quiero mucho pero me duele el tobillo y el estómago lo tengo revuelto, no atentes contra mi ahora

– ¿Crees que puedas hacer que el analgésico se quede en tu estómago?

– Bien, trae la estúpida charola pero no abras... — ya era tarde — Las cortinas...



En el cuarto sólo se podía oír como abría las cortinas, Altagracia cubría sus ojos para evitar que el sol los lastimara, intentaba no ser grosera con Mónica pues sabía que sus intenciones eran buenas, sólo que el dolor poco a poco estaba nublando su mente.



– ¿Cómo puedes estar entre tanta oscuridad?

– Estuve presa, ese es mi super poder

– Amanecimos de un humor eh — ríe yendo por la charola — ¿Quieres que te ayude a sentarte?

– ¿Puedes cerrar las cortinas? Es que el sol me genera migraña

– Casi ni entra la luz aquí mamá, abre los ojos para que te acostumbres, andale que te conozco, no te me puedes deprimir ahora

Libertad Where stories live. Discover now