¡Va a Nacer!.

468 45 256
                                    

Para las once del mediodía el dolor del tobillo le dejó de importar, ya no podía seguir sentada o acostada, le causaba demasiada ansiedad porque en su mente el tiempo pasaba demasiado lento cada que le daba contracciones, si bien apoyarse sobre su...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Para las once del mediodía el dolor del tobillo le dejó de importar, ya no podía seguir sentada o acostada, le causaba demasiada ansiedad porque en su mente el tiempo pasaba demasiado lento cada que le daba contracciones, si bien apoyarse sobre sus rodillas había servido ahora no era suficiente. Salía de la cama cada que sentía bien próxima una contracciones, las primeras veces no pudo moverse más que dos pasos terminando con ella apoyada nuevamente en el colchón pero ahora intentaba moverse aunque eso le diera horrorosas puntadas en el tobillo, de vez en cuando descansaba las manos sobre su cintura o caderas.

Trataba de aliviar esas zonas en las que sentía más tensión, cuando sintió el aire acondicionado muy fuerte envés de subir la temperatura prefirió cubrirse con la bata, sin amarrar por supuesto, iba a estar moviéndose mucho. En una de sus contracciones tuvo que ponerse de cuclillas agarrándose del mueble que estaba pegado a la cama, estaba tan concentrada en respirar que no escucho cuando Aliyah entro al cuarto, la peque no estaba entendiendo que pasaba con su mamá pero si se asusto un poco al escuchar que se quejaba.




– Mami

– Mi amor... No es nada — suelta el aire realizando una mueca de dolor — Llama a Magda... Llámala cielo

– ¡Magdaaa! — corre al pasillo — ¡Magdaaaaa! ¡Algo le pasa a mi mami!




Eso basto para que Matamoros y Magda subieran al cuarto, ahora Aliyah mantenía cierta distancia para que sus padrinos pudieran ayudar pero tenía muchas ganas de acercarse a su mamá ahora.




– ¿Qué haces ahí? — se acercó con intensión de levantarla pero ella no se lo permitió de hecho apretó su agarre al mueble — Respira hondo ¿Puedo masajearte la espalda?

– No... No hasta que pase — gime apretando los ojos con fuerza

– Magda ¿Qué le pasa a mi mami?

– Nada princesita — se agacha para traerla a un abrazo — Tu hermanito va a salir pronto

– Pero le duele mucho, no quiero que le duela Magda

– Tu mami necesita ese dolor para que tu hermanito salga, ahora tendremos que hablar bajito ¿Si? Cada que le duela porque ella debe relajarse y si hacemos ruido no se va a poder

– ¿Vas ayudar a mi mami? — susurra

– Claro que si, para eso estoy

– ¿Paso? — una vez asiente le masajea los hombros — ¿Te llevo al hospital? Dime lo que necesitas

– No... No quiero ir al hospital — se sienta del todo dejando descansar su tobillo — En el closet esta el ecografo, conectalo a mi celular, debo revisar su ritmo cardíaco — recarga la espalda en la cama

– Enseguida.

– Doña ¿Quiere agua? ¿O que llame al señor Navarrete?

– No contesta, debe estar en su junta todavía... Llámale a su secretaria, en la agenda esta el número, se llama Amalia




Libertad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora