Frío.

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Luego de haber comprado el nuevo analgésico y una crema fría con la que debía hacerse masajes antes de dormir, los dos se dirigieron para la casa, Altagracia tuvo que sacarse los tacones, los observo por un par de minutos como si se estuviera desp...

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Luego de haber comprado el nuevo analgésico y una crema fría con la que debía hacerse masajes antes de dormir, los dos se dirigieron para la casa, Altagracia tuvo que sacarse los tacones, los observo por un par de minutos como si se estuviera despidiendo de ellos, eran tan bonitos y combinaban tan bien con su vestido, los reemplazo por sus pantuflas felpudas rosa al entrar a la casa, aunque el fisioterapeuta la había mandado directo a la cama ella tenía un par de cositas para discutir con Matamoros antes de ir a volverse una con el colchón.




– Siéntate — señaló la silla frente a su escritorio

– Ya te dije que me iba a encargar de todo

– Sé que lo harás pero necesitamos planear bien todo Matamoros, este tipo no se puede volver a escapar

– Está en coma ¿A dónde puede ir?

– Por sí solo a ningún lado, pero esta escoltado por sus guardias, a la más mínima señal lo transfieren o se lo llevan a una finca para que lo traten

– ¿Qué quieres hacer con Martinez?

– Por ahora nada, lo dejaré descansar tranquilamente en su cama de hospital pero necesito saber quien lo visita, a que hora y que días, cuantos guardias se quedan en el piso donde está ingresado, el horario en que las enfermeras entran a su habitación...

– Prácticamente todo

– Pues si, él y yo tenemos un asuntito pendiente

– La construcción siguió como si nada

– ¡Más vale! No me mate trabajando con los ingenieros para que la obra se viniera abajo

– Haré todo lo que quieres, mandare a mis mejores hombres a vigilarlo...

– Deben ser más de dos, no creo que sus guardias se percaten de que son los mismos si van de civiles pero sólo por precaución, debería ser un grupo al menos de ocho

– ¿Ocho?

– Claro, dos van el lunes y martes de mañana, otros dos se quedan por ahí hasta la tarde, al caer a la noche los relevan otros dos. Al día siguiente se cambia el orden y así vamos haciendo los siguientes días, obviamente no deben estar cerca de los guardias de Martinez, sino van a darse cuenta muy rápido

– ¿Te das cuenta que estás armando una gran operación?

– Creo que para empezar a cubrir estos días, ocho hombres nos bastan, ya luego deberemos habilitar otro grupo para hacer lo mismo

– De acuerdo, te voy a conseguir ocho hombres

– Los primeros dos deben tratar de estar algo alejados pero con vista a los guardias, por supuesto no me vas a poner a unos idiotas que los miren fijos ¿No?

– Claro que no, pondré hombres capaces al frente, sino irás tú misma

– De poder podría pero ellos deben de saber como es mi cara, por algo el atentado fue en mi contra — suspira moviendo su tobillo — Además de eso debo estar en cama, hacer mis masajes, evitar esfuerzos, todo para volver a mi vida normal

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