Consejo Materno.

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Cuando sus lindas vacaciones llegaron a su fin, tuvo que volver a la realidad que dejó olvidada, habían un montón de papeles, carpetas y juntas que tenía atrasadas, si bien Mónica le echo la mano bastante con lo que pudo, pues habían cosas de las ...

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Cuando sus lindas vacaciones llegaron a su fin, tuvo que volver a la realidad que dejó olvidada, habían un montón de papeles, carpetas y juntas que tenía atrasadas, si bien Mónica le echo la mano bastante con lo que pudo, pues habían cosas de las que no se podía encargar por aún no contar con el rango necesario, apesar de que Altagracia le ofreció una y mil veces un ascenso, Mónica deseaba ganárselo realmente por eso se metió a estudiar hace unos tres años atrás, quería graduarse, agregar experiencia y ya luego estaría codeandose con sus compañeros para ser merecedora de tal ascenso.

Siempre admiro el compromiso que Altagracia demostraba hacia el trabajo, si podía ser bastante mandona, perfeccionista, un tanto histérica a veces pero al final ella era una de las pocas mujeres que estaba en la cabeza de una empresa tan grande como lo es La Constructora Sandoval, en la capital está la cede más grande dado que es la primera, luego hay una en Francia, Londres y anteriormente Estados Unidos pero esa se perdió obviamente. Antes de que todo su pasado y crímenes fueran expuestos, el nombre de Altagracia era respetado en serio, nunca antes habían respetado tanto a una empresaria como a Altagracia.

Y eso fue porque ella no se centro en pensar como hombre o ofrecer proyectos que tuvieran la esencia de uno, ella nunca quiso ser igual, siempre aspiro a más, bueno es que quería aplastarlos a todos como cucarachas pero a ella le funcionaba, ahora tres años después su Constructora ha vuelto a ser la número uno, los mejores proyectos salen de aquí, las menciones de honor van para los arquitectos instruidos por ella y por supuesto todos los que le han dado desde su regreso fueron bastantes, pero tener tanto es una carga gran parte de las veces; justo como ahora.

Altagracia llevaba toda la mañana encerrada en la sala de juntas rodeada de papeles y carpetas, tenía algunos modelos a escala de las siguientes obras ahí sobre la mesa dado que pronto tendría que reunirse con todo el personal encargado de hacerla realidad, más tarde debía pasar un resumen a los socios de lo que pasó en esas juntas, además de un plan de como iban a proceder. Era demasiado trabajo, ya era consciente de que no se iría a casa para el almuerzo y que tal vez llegara algo tarde, así que mando a Tania a que le comprara unas pantuflas idénticas a las que tenía en casa, no le importaba que le vieran en ellas porque prefería estar cómoda.




– Permiso, sé que no te gusta que te interrumpan...

– Detesto que me interrumpan — afirma con dos hojas en mano — ¿Necesitas algo?

– Si, que sueltes eso por unos minutos, nomas cinco para que te tomes este juguito y tus pastillas

– Hierro, ácido fólico, omega 3, yodo, zinc, selenio, vitaminas D y C ¿Olvide alguna? — baja las hojas antes de verla

– Las vitaminas del grupo B1, 2, 3, 4, 5, 6 y 12, te faltó la vitamina A, calcio y magnesio

– ¡Cierto! Me pasas mi bolso porfa, tengo la farmacia ahí

– Te traje jugo de naranja, no el que hacen aquí, sé que no te gusta — lo deja sobre la mesa

– Es que sabe raro, no parece naranja natural... ¿De dónde lo compraste?

Libertad Where stories live. Discover now