Té y Mimos.

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Los primeros días empezando de cero como padres fueron muy pesados, Manu despertaba mucho en las noches, además Aliyah estaba durmiendo en medio de sus padres

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Los primeros días empezando de cero como padres fueron muy pesados, Manu despertaba mucho en las noches, además Aliyah estaba durmiendo en medio de sus padres. Altagracia ya estaba recuperada, apesar de que el bebé había salido grande no tuvo ningún desgarre, el dolor se fue al segundo día, aún tenía un poco de panza pero no le importaba, de hecho pensó que se iba a recuperar más lento. Está mañana el increíblemente fuerte llanto del bebé hizo que Altagracia abriera los ojos, tenía a la peque abrazándola por el cuello así que estiro el brazo para mover a José Luís.





– Cielo... Cielo, está llorando

– Lo oí... Está al lado mío ¿Qué pasó bebé? — se sienta

– Gracias — vuelve a cerrar los ojos — Avísame si tiene hambre





Trajo a la peque más cerca, ha decir verdad estaba muy cómoda usándola como peluche, mientras tanto José Luís le cambió el pañal así como el body pues tuvieron un accidente durante ese cambio, no se dio cuenta cuando Manu comenzó a hacer pipí, por suerte pudo reaccionar pronto, después dio un paseo por el cuarto para tranquilizarlo, al final los cuatro pudieron dormir hasta las ocho de la mañana. Ahí fue cuando le tocó a Altagracia encargarse, tuvo que salir del cuarto para que Aliyah y José Luís continuarán durmiendo, bajo a la cocina luego de haber usado esa tela para mantener al bebé pegado a ella, bueno más bien a su seno.





– Doña ¿Qué hace levantada?

– Se despertó, por ahora está calmado así que voy aprovechar para tomar un té

– Deje que se lo preparé

– No es necesario, necesito hacer algo para despertar del todo o voy a chocar con la primer pared que encuentre

– ¿Quiere acompañar el té con algo?

– Voy a desayunar bien al rato, por ahora sólo el té





Fue algo extraño para las cocineras tener a La Doña calentando agua para su té pero se adecuaron enseguida pues ni bien tuvo la taza entre sus manos se retiró, mientras caminaba con dirección al jardín observaba al peque, agradeció que siguiera enganchado a su seno. Una vez llego hasta el área de la piscina tomó asiento para beber su té con el lindo silencio que está mañana le regalaba, media taza después y todo era un caos, estaba tan metida en calmarlo que no se dio cuenta de la presencia de Mónica hasta que se sentó a su lado.





– Hola ¿A qué hora llegaste? — suelta la tela para cargarlo — Ya mi amor

– Recién, sólo seguí el llanto de bebé ¿Quieres que vaya a buscar algo?

– No, sólo esta cansado — suspira recargandolo sobre su pecho — Tiene como pasatiempo llorar en la noche

– ¿Le dolerá algo?

Libertad Where stories live. Discover now