Masaje.

521 61 129
                                    

– Entonces

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

– Entonces... ¿Ya puedo entrar a tu casa?

– Eso depende — acomoda unos papeles aprovechando que estaba el altavoz puesto

– ¡Mamá! Ya han pasado tres días ¿Cuánto más me vas a castigar?

– Amenazaste con estirarme el dedo gordo del pie Mónica, sabes que me duele un montón, así que... Tal vez otros tres días — ríe

– ¡No seas así! Ya me disculpe, te mande un arreglo hermosisimo de frutas, están más caras que el de las flores, que encima ni te gustan

– ¿Qué te costaba mandar una caja de donas? O mejor, una de chocolates

– ¡Te estoy cuidando! Mamá, mamita hermosa

– ¿Dime?

– ¿Estás disfrutando esto no?

– No tienes idea de cuanto lo disfruto

– De acuerdo... Mamá, mamita chula, reina de mis quincenas... Literalmente porque en eso se fue el arreglo — murmura — Te amo con todo mi corazón, nada más estoy cuidando de ti, sabes que si quieres sanar debes cuidar de tu alimentación y como yo quiero que te mejores pronto...

– Ay... Como que se me está yendo la señal... ¿Me escuchas?

– ¡Está ya no te sirve conmigo Mamá!

– ¿Bueno?... ¿Mónica? Si... Sigues ah... Se está cortando — cuelga


<<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>><<


– ¡Me colgó! — se queja

– Señorita ya sabe que no la puedo dejar pasar

– ¡Baltazar por favor! Prácticamente vivo aquí ¿No puedes hacer una pequeña excepción?

– Señorita, usted me esta pidiendo... ¿Que desobedezca a La Doña? ¿Mi jefa?

– Pero si ella es suavecita como un pancito desde que nació Aliyah, andale, déjame pasar, no le diré que fuiste tú

– ¿Y si luego me corre? No... Yo necesito el trabajo

– ¡Por favor! Puedes decir que entre como un ninja y que no se dieron cuenta hasta bien tarde

– Ahí nos despide a todos — hablo el otro guardia — Hace poquito nos dio la orden de aumentar los guardias, si usted entra tan fácil nos corre a todos

– Maldición



Justo cuando ella pensaba en treparse el portón, la camioneta de José Luís se acercaba en esa dirección, nunca antes le alegro tanto a Mónica ver a su "padrastro" como ahora.



– ¡Luís!

– Hola Mónica — baja la ventanilla — ¿Qué haces aquí afuera?

– ¿Me dejas entrar contigo?

Libertad Where stories live. Discover now