Un Futuro Juntos.

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Por suerte José Luís pudo safarse de esa pregunta, el resto de la tarde se la pasaron viendo películas los tres juntos, Aliyah con la cabeza recostada sobre el vientre de su mamá y José Luís acariciándole el cabello

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Por suerte José Luís pudo safarse de esa pregunta, el resto de la tarde se la pasaron viendo películas los tres juntos, Aliyah con la cabeza recostada sobre el vientre de su mamá y José Luís acariciándole el cabello. Antes de la hora de cenar se encargo de que la pequeña tomara un baño y de que se pusiera la pijama, cenaron los tres en el comedor para después ir cada uno a sus cuartos, por ahora era José Luís quien leía los cuentos y la arropaba pues Altagracia no podía moverse mucho, ya había abandonado la idea de usar las muletas ya que empeoraban su dolor.




– ¿Cómo me dejaste morir solo? Sabes que no puedo responder ese tipo de preguntas

– ¿Y por qué no? — se recarga en el sillón de su cuarto — Estuviste ahí, sabes como nacen los bebés

– ¿Y quieres que se lo diga yo? Precisamente yo

– Acostúmbrate porque los papás también se pueden encargar de estos temas, no es sólo mi responsabilidad eh

– Pero tú eres mujer, te va a resultar más fácil

– Ay por favor, no saques la carta del género, le hablaremos juntos de la menstruación

– ¡Pero no tengo vagina!

– ¿Prefieres hablarle del sexo entonces? Porque para eso se necesita de dos 

– Bien, le hablaré de la menstruación — se dejó caer a la cama — ¿Por qué no estás acostada? Te deje en la cama y ahora estás en ese sillón

– Estar sentada en la cama me es incómodo, además quería organizar un poco mi escritorio

– ¿Cuándo se te va a notar más el embarazo? Parece que nada más estás hinchada

– No notas el cambio porque no es tu cuerpo pero respondiendo a tu pregunta, tal vez el próximo mes, nos quedan tres semanas para eso

– Pero hay mujeres que ya están explotando al quinto mes

– Cada embarazo es diferente Luís — ríe — Además mejor que siga escondido el intruso, va a ser un infierno para mí cuando se enteren en la constructora

– ¿Por qué lo dices?

– Cuando hay un embarazo la gente se cree con el derecho de poder tocarte nada más porque hay un bebé en tus entrañas, detesto eso

– ¿Te molesta cuando yo lo hago?

– Eres el papá del intruso, sólo me molesta cuando debo ir al baño, tú lo aprietas

– ¡Trato de que se mueva! Ya entro al mes donde se supone sentimos sus pataditas

– Pero apretandolo no lo vas a conseguir, nada más harás que me haga pipí encima

– Sería chistoso — ríe

– Idiota

– Ven a la cama Altagracia, no dormiste nada anoche

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