Té de Tilo.

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Estuvieron en urgencias una hora más o menos hasta que le dieron el alta a la pequeña, para entonces estaba profundamente dormida y sin fiebre, luego de un par de minutos en la camioneta por fin llegan a la casa, José Luís se encargo de acostar a ...

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Estuvieron en urgencias una hora más o menos hasta que le dieron el alta a la pequeña, para entonces estaba profundamente dormida y sin fiebre, luego de un par de minutos en la camioneta por fin llegan a la casa, José Luís se encargo de acostar a la peque en la cama mientras Altagracia se daba una ducha corta, sentía bastantes molestias en el tobillo por andar casi todo el día de pie, es verdad que fue descalza pero cargar con Aliyah todo el día más el bebé que habitaba en su útero no era algo fácil, una vez su cuerpo estaba cubierto por la toalla se dio unos minutos para sentarse y aplicar un masaje en la zona que más molestaba.

No pudo tardar mucho ya que José Luís entraría para ver si todo estaba bien con ella, se puso un vestido ligero verde musgo antes de subir a la cama, está vez sería ella quien quede en medio de los dos; pudo observar a su pequeña dormir cómodamente boca abajo con el dedo pulgar metido en la boca, le dio algo de gracia y luego se lo quitó sin despertarla, cuando estaba a punto de cerrar los ojos con la maravillosa idea de descansar el resto de horas que quedaban de la noche pudo sentir la mano de José Luís acomodarse sobre su vientre, los primeros segundos la dejó quieta pero no duró demasiado para mover los dedos.




– Déjalo descansar... Anduvo de un lado para el otro conmigo, debe estar agotado

– No lo voy a despertar — se acerca lo suficiente para poder besar su hombro — Sólo le doy cariñitos

– Está bien — sonríe — Mientras lo mimas, voy aprovechar para tratar de dormir

– Vas a quedarte en casa mañana ¿Verdad?

– Si, no podré ir a trabajar sabiendo que la peque tuvo una mala noche

– Aprovechen para descansar toda la mañana, me vendré a quedar luego del almuerzo con ustedes

– Esperemos que ella quiera dormir hasta tarde



Comenzó a moverse un poco dado que no estaba consiguiendo estar cómoda por el estúpido tobillo y además de que su vientre ya estaba lo suficientemente grande como para hacerle difícil la idea de acostarse.



– ¿Es tu tobillo de nuevo?

– El tobillo y la panza

– ¿Te duelen? — se endereza

– El tobillo me molesta un poco pero la panza ya me está sacando lado en la cama, tengo problemas para estar cómoda

– Mañana promete que no vas a excederte tanto, sabes que todavía te va a doler si esfuerzas las cosas

– Lo sé, prometo descansar y estar en pantuflas



Al final se terminó acercando más a él y ahora el bebé no era el único que recibía mimos, en cierto momento lo sintieron moverse, duro unos segundos nada más pero logro sacarles una leve sonrisa.



Libertad Where stories live. Discover now