Latidos.

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Luego de colgar con Magda se detuvo frente a la máquina expendedora, se compró una botella de agua y una barra de chocolate, fue ahí que se dio el momento para agradecer que está vez se había puesto pantalones para dormir, sino hubiera llegado en ...

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Luego de colgar con Magda se detuvo frente a la máquina expendedora, se compró una botella de agua y una barra de chocolate, fue ahí que se dio el momento para agradecer que está vez se había puesto pantalones para dormir, sino hubiera llegado en bóxer al hospital con tal de traerla enseguida. Arrastro los pies hasta la habitación donde estaba Altagracia, esperaba encontrarla al menos con los ojos cerrados pero continuaba mirando aquella máquina que estaba conectada al monitor fetal.




– Ya hable con Magda, va a cuidar de Aliyah hasta que nos liberen la salida de aquí... ¿Cómo te sientes? ¿El dolor disminuyo?

– Bastante... Aún lo siento en el tobillo pero es mucho más soportable

– ¿Y en el vientre?

– Ya casi no lo noto

– Entonces hazme un lugarcito, voy a recostarme contigo porque el sillón es incómodo

– Si quieres ve a casa, tienes que ir a una junta dentro de unas horas, estaré bien aquí

– Le mande un mensaje a Lucho, él se va encargar de todo, no me pienso ir a ningún lado y menos si estás aquí sola

– Luís, no es la primera vez que estaría sola en el hospital — sonríe leve haciéndole espacio

– ¿Regina no se quedaba contigo?

– Sólo venía a ver que estuviera bien, luego se regresaba a casa, Isabela casi no venía, sólo me llamaba... Los hospitales no le gustan mucho

– Bueno, eso lo heredó de su tía entonces — la rodea con su brazo — ¿Pero entonces estabas en la habitación sola?

– Matamoros se quedaba afuera pero a veces entraba para averiguar si necesitaba algo

– Yo no te pienso dejar aquí sola Altagracia — hace que recueste la cabeza sobre su pecho

– Haces esto por la vez que te supliqué que te quedarás... Luís estaba enloqueciendo por mis hormonas, soy adulta puedo estar sola unas horas

– Haremos las cosas juntos ¿No? ¿Cómo las haremos si estás aquí sola? Me fui un par de minutos y seguías viendo las líneas esas... Nuestro bebé está bien, relájate hombre, no va a pasarle nada

– ¿Me vas a decir que no te preocupaste también?

– Claro que si, con cada cosa que decías me preocupaba más pero de los dos soy al que le toca traerte a tierra cuando te dejas llevar por el pánico — soba su espalda

– Es que esto no lo puedo controlar...

– Lo sé, te choca perder el control — ríe — Pero esto es así, tener hijos es perder el control

– Se te cumplió Luís — sonríe abrazándolo

– Viene el varoncito



Con una gran sonrisa apoyo la mano sobre su vientre que estaba al descubierto, evito mover el cinturón dado que fue un poco complicado acomodarlo para que los latidos del bebé se marcarán, estaba pequeñito así que eso lo dificultaba.



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