Fisioterapeuta.

406 54 171
                                    

– ¿Yo qué te dije a ti en la madrugada? — pregunta al verla llorando acostada en la cama

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

– ¿Yo qué te dije a ti en la madrugada? — pregunta al verla llorando acostada en la cama



José Luís acababa de llegar a la casa, no pudo estar para el horario del almuerzo porque la junta se había extendido pero ni bien se terminó fue a la casa, ahí supo por Magda que Altagracia estuvo toda la mañana y parte de la tarde con Aliyah en brazos de un lado para el otro, ahora la había encontrado acostada en la cama con el tobillo sobre dos almohada y con una compresa fría porque efectivamente lo tenía hinchado.




– Te pedí que no te esforzarás — cruza los brazos

– ¿Terminaste o vas a seguir regañandome?

– Ni siquiera vas a escucharme de todos modos, te debe de doler tanto que las palabras ni entran a tu cerebro

– ¿Se ve muy mal? — intenta enderezarse pero eso sólo hizo que le doliera más — ¡Cortamelo! ¡Por favor cortamelo! — solloza

– Está muy inflamado.



Negó sentándose junto a su pie para acomodar la compresa, obviamente ella se quejó pero no le quedó de otra más que aguantar, tuvo que dejarla sola unos instantes para ir en busca de otra compresa, aquí no iba a servir de nada una nada más.



– Ya está, con esta otra seguro la inflamación cede más rápido, luego voy hacerte un masaje para que se te relajen los músculos

– Pero ahora no lo toques — susurra apoyando ambas manos a los lados de su cabeza, como si aquello la ayudara a soportar el dolor — No muevas las compresas, no agregues otra almohada, nada... Porque juro que soy capaz de dispararte, duele muchísimo — vuelve a llorar

– ¿Ya te tomaste el analgésico?

– ¿¡Te parece que mi cerebro pudo pensar en eso!? — hipea — ¡Me duele tanto que ni siquiera recordé los analgésicos!

– Iré por el — ríe poniéndose de pie

– ¡No te rías! ¡Ni siquiera podrías imaginar lo mucho que duele! — cubre su rostro con las manos para seguir llorando

– Trata de relajarte linda, voy por tu droga — vuelve a reír



Fue por el analgésico y le trajo una botella de agua, probablemente ya se había deshidratado de tanto llorar, tuvo que tomarse unos segundos para reír antes de regresar al cuarto, aunque estaba un poco enojado porque había roto su promesa, no podía evitar que le diera gracia la situación, ella que siempre está preparada con cualquier cosa ahora había olvidado de la existencia del analgésico, estaba llorando de dolor por idiota en otras palabras.



– Muy bien, ahora espera un par de minutos hasta que te haga efecto

– Sólo cortame el tobillo — murmura con la almohada sobre su cara — Debí tomarme al menos tres pastillas para no sentir nada

Libertad Where stories live. Discover now