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Una vez Altagracia se sintió capaz de levantarse se enrollo en una toalla al salir de la tina, con ayuda de Mónica y Magda fueron hasta el lavabo, aunque las dos querían dejarla sentada en la cama, ella había insistido en que quería darle su primer baño al bebé, mientras tanto José Luís tenía la difícil tarea de convencer a la peque para que no estuviera allí haciendo tantas preguntas, la solución que le encontró a eso fue pedirle que le ayudara a buscar la ropita que le pondrían a su hermanito.
– ¿Mamá segura que puedes?
– Acabo de dar a luz a un bebé, puedo hacer lo que sea — con cuidado lo recuesta en el lavabo que ya estaba cargado con agua tibia — ¿Verdad que si mi amor?
Con una sonrisa comenzó a limpiarlo, nada más con el agua por ahora no iba a ser falta tardar mucho, con uno de esos algodones que usaba para quitarse el maquillaje le fue limpiando la carita, tuvieron que hacerlo entre las tres para que fuera más rápido, no querían que el bebé pasara por frío, una vez estaba limpiecito lo taparon bien con una toalla.
– Tiene las piernas largas — la sostiene de la cadera mientras iban a la cama
– Es grande, sus hombros también son un poquito más anchos de los que tenía Aliyah de bebé
– Bueno es que salió más grande también — ríe ayudándola a sentarse — ¿Estás bien?
– Si, sólo duele un poco.
– Mami, yo elegí que se pondrá mi hermanito — sonríe enseñándole el body
– Es el de ovejitas que tanto te gustó, gracias mi vida, le va a quedar muy bonito
En lo que José Luís iba a buscar todo lo que ella necesitaría para vestirse, Altagracia recostó al pequeño sobre la cama, Aliyah comenzó a reírse porque estaba desnudo y pronto le siguió Mónica.
– Los bebés nacen desnudos Aliyah — niega sonriendo — ¿Creíste que nuestro hermanito saldría con pañal?
– ¡Si!
– Hablando de pañal, es mejor que me pasen uno antes de que nos haga pipí encima
– Mami está gordito — señala su pancita
– No está gordito cielo, pero si llenito de amor ¿Recuerdas? — le pone el pañal
Aliyah volvió a reír mientras asentía, luego de que Altagracia le pusiera el body notaron que el bebé se llevaba las manitas a la cara, los ruidos característicos del llanto no tardaron en aparecer, en segundos Altagracia cargaba a una bolita que lloraba desconsoladamente.
– Manu... No lo dice en serio — se siente culpable — Perdóname, ya no llores... Mami dile que me perdone
