Capítulo 3.

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Cuando el placer finalmente desapareció y pudo regresar a sus sentidos, Taehyung se dio cuenta de lo que había hecho, llenándose de culpa. No solo había incumplido las órdenes que le habían dado, lo más importante era que abusó de su destinado en esas circunstancias.

Siendo muy cuidadoso, Taehyung salió del interior del menor, sin saber bien qué más debería hacer. Pero su omega estaba inconsciente, después de esa primera vez tan intensa, Jungkook estaba profundamente dormido. Y aunque su omega estaba dormido, Taehyung sentía que su miembro aún estaba duro, con ganas de una segunda o hasta una tercera ronda con él. Taehyung supo entonces que debía alejarse, si no lo hacía, su alfa podía tomar nuevamente el control y volvería a dañar a su destinado.

Lo más rápido que pudo, Taehyung ató los tobillos de Jungkook con esas correas de cuero, lo cubrió con una sábana, y luego salió prácticamente corriendo de la habitación.

Con la respiración agitada, Taehyung se derrumbó en el pasillo fuera de esa habitación, temblando con suavidad y tratando de calmarse. Toda esa situación era tan complicada... Había encontrado a su destinado, pero en esas condiciones, secuestrado por una de las mafias más importantes del país. Taehyung tenía claro que no iba a permitir que ellos le hicieran daño, pero en medio de él y su omega, estaba su hermano, ya que si Taehyung los desobedecía sería su hermano mayor quien pagaría las consecuencias.

Taehyung tenía que hacer un plan, pero primero debía mantener seguro a su omega, mantenerlo a salvo de su propio alfa. Lo que ocurrió esa noche no debía volver a pasar.

***

Cuando amaneció, Taehyung salió de su granja muy temprano en dirección al pueblo más cercano. Taehyung vivía en la granja de sus padres, una casa en medio del campo, alejada de todos los demás. Durante la mañanas trabajaba en el pueblo, y durante la tardes se encargaba de mantener sus propias cosechas, siendo un alfa muy trabajador y responsable a pesar de su juventud.

Después de hacer unas compras rápidas en el pueblo, Taehyung respiró profundo y abrió la puerta de su propia habitación, dispuesto a enfrentar a su omega.

Jungkook todavía se encontraba dormido, sin haber cambiado de posición después de la noche anterior, ya que aún estaba atado. Con cuidado, Taehyung se acercó a su cama, y sentándose al lado de su omega, le acarició una mejilla con suavidad. Ante esa dulce caricia, el omega se despertó agitado, viendo la venda negra sobre sus ojos, y sintiendo sus manos atadas, asustándose al no recordar lo que había ocurrido.

—Tranquilo, no te agites —pidió Taehyung en un susurro—, estás a salvo conmigo... Te quitaré la cinta adhesiva de la boca, pero no quiero que grites, ¿De acuerdo?

Al escuchar las tranquilizadoras palabras de su alfa, Jungkook logró calmarse, recordando finalmente todo lo que había ocurrido. Aún algo somnoliento, Jungkook soltó un quejido, sintiendo la cinta adhesiva ser desprendida de sus labios. Taehyung fue lo más cuidadoso que pudo al quitarle la cinta adhesiva, pero aun así sabía que lo lastimaría, algo que le causó un profundo dolor a su alfa.

—Lo siento... —susurró Taehyung.

Finalmente quitando la cinta adhesiva, el alfa cuidadosamente la abrió la boca, observando como aquellas personas que lo habían traído, pusieron lo que parecía ser una mascada dentro de la boca del menor. ¿Su omega había tenido eso en su boca todo el tiempo? Eso explicaba por qué sus gemidos sonaban tan ahogados, pero en vez de sentir lástima por él, Taehyung sintió como su miembro desesperaba un poco, mientras cuidadosamente le quitaba eso de la boca.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó Taehyung con la voz ronca por la excitación, mientras cuidadosamente le acariciaba la barbilla.

—Jungkook... —susurró el omega con suavidad, sintiendo un gran alivio al poder tener sus labios finalmente libres.

—Bueno, Jungkook, tú y yo estamos destinados a estar juntos...

Sin darle tiempo a responder a su omega, Taehyung unió sus labios con los del menor en un apasionado beso, algo que el alfa había deseado hacer desde que lo vió por primera vez.

Jadeando Jungkook sintió como su alfa terminaba el beso apasionado que le había dado hace un par de segundos. Él todavía no podía comprender a su alfa, la forma suave pero a la vez tan pasional con la que lo trataba, realmente lo confundía.

—Estas comenzando a soltar tus feromonas —dijo Taehyung olfateando el aire de la habitación—, necesito que tomes esta pastilla, no es nada malo, son supresores para omegas, debes tomarlos o terminaremos teniendo sexo sin parar...

Jungkook solo pudo asentir, ya que con un simple beso de su alfa, ya tenía ganas de volver a tener sexo con él. Pero Jungkook lo obedecía ciegamente, ya que aun si su alfa le hubiera dicho que le daría veneno, él lo tomaría si su alfa se lo pedía.

Esto era muy sorprendente para Jungkook, ya que toda su vida, su padre le había dicho que ningún alfa estaría contento con él, por los tatuajes en su cuerpo y por su actitud rebelde a comparación de otros omegas. Pero ahora Jungkook había conocido a su alfa, uno a quien aparentemente no le importaba que tuviera perforaciones o tatuajes, y quien con una sola palabra lograba dominarlo... Jungkook ya deseaba presentar a su alfa con su padre y su hermano mayor, quienes seguramente estarían muy contentos de conocer al alfa que finalmente logró domarlo.

—Abre la boca —ordenó Taehyung—, eres muy bueno, muy lindo Jungkook.

Alegre por los halagos de su alfa, el omega abrió los labios como él le pidió, sintiendo como cuidadosamente le daba una pastilla, y luego puso una botella de agua cerca a sus labios para darle agua. Eso supo a gloria para el menor, que no había comido o bebido nada desde hace más de un día entero, cuando fue atrapado por esos hombres.

—Muy bueno... —volvió a repetir Taehyung acariciando los labios de su omega con suavidad— ¿Cuántos años tienes, Jungkook?

—Tengo 18, cumplí la mayoría de edad hace un par de semanas... —respondió el omega con suavidad— ¿Podemos tener sexo otra vez?

Esta pregunta sorprendió mucho a su alfa, quien notó el gran deseo en su omega, quien ya estaba pidiendo ese tipo de cosas a pesar de que habían pasado solo unas horas desde su primera vez. Pero Taehyung supuso que eso pasaría cuando los supresores hicieran efecto.

—Esperemos un poco, todavía tienes que comer algo, debes estar hambriento —respondió Taehyung, encontrando la excusa perfecta para rehusarse a esa petición.

En el pueblo Taehyung había comprado un pastel de chocolate para su omega, y sacándolo de su empaque, cuidadosamente comenzó a dárselo de comer, besando sus labios entre cada bocado, y sin dejar de acariciarle las mejillas o el rostro.

Aun sin haberlo visto, Jungkook sentía que amaba a ese alfa. Tal vez era por su emoción al haber encontrado a su destinado, pero Jungkook nunca había sentido algo como eso en su vida, el deseo de tener sexo sin parar con un alfa, no separarse de su lado, esa dependencia... El omega estaba muy confundido, pero a la vez muy enamorado...

—De acuerdo, ¿Estás bien? —preguntó Taehyung cuando su omega terminó de comer, ante lo que Jungkook asintió con la cabeza suavemente— De acuerdo, entonces vamos a darte un baño...

—Eh... Alfa... —susurró Jungkook algo tímido, ya que no sabía el nombre del hombre que tenía enfrente— ¿Puedes desatarme?

Al escuchar esa petición, Taehyung se quedó en silencio, muy serio, sin saber qué hacer.

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