Capítulo 23.

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Jungkook se quedó en el suelo con los ojos cerrados, cada cierto tiempo aquellos hombres se asomaban por la puerta corrediza de su celda, asegurándose de que él siguiera en ese sitio. Pero de forma inteligente, Jungkook había conseguido adivinar el periodo en el cual cada guardia se asomaba para vigilarlo, tenía solo 8 minutos antes de que el próximo guardia se asomara a su puerta.

—Vamos... Por favor, solo un poco más —susurró Jungkook cuando estuvo nuevamente solo, peleando contra las cuerdas de sus muñecas.

Aquellos mafiosos no le habían quitado su ropa, solo sus objetos personales, así que tomando uno de sus piercings de forma hábil, Jungkook estaba usando esa pequeña pieza de metal para cortar las apretadas cuerdas en sus muñecas. Eso había sido una tarea muy ardua que le había llevado un par de horas, pero solo le quedaba un último nudo...

—Por favor... —suplicó Jungkook desesperado.

Pasaron varios angustiantes segundos, hasta que finalmente las cuerdas cayeron de sus muñecas, dejándolo libre. Incrédulo, Jungkook se sentó en el piso mirando sus manos, las cuales estaban heridas y cansadas por tanta lucha contra las cuerdas.

Había perdido la cuenta de los minutos que pasaron desde que el último guardia había pasado por su celda, pero era demasiado evidente que se había soltado de las cuerdas que ahora estaban en el piso. Así que sin tener más opción, Jungkook continuó con su plan de escape, y girando en el suelo, comenzó a luchar con la cadena que ataba su cuello.

Sin tener más opción por la premura del tiempo, Jungkook soltó la cadena del collar de cuero que tenía en su cuello. No pudo quitarse el collar que estaba asegurado con un candado, pero por lo menos ya no tenía la cadena asfixiándolo, cuando escapara de ese sitio ya iba a poder cortar aquel maldito pedazo de cuero y lo iba a quemar.

No tuvo tiempo de alegrarse, temiendo que el guardia se asomara en la puerta en cualquier segundo, Jungkook se puso de pie y caminó hasta una ventana que había al otro lado de la habitación. Aquella era una vieja casa tradicional, la cual no tenía vidrios en sus ventanas, solo papel. Así que usando sus dedos, lo más silencioso que pudo rompió el papel grueso que tenía esa ventana, y salió al exterior.

Parándose en el balcón fuera de la ventana, Jungkook sintió la fría y refrescante brisa golpear su rostro. Estaba en el segundo piso de aquella casa, muy lejos del suelo, así que ahora él debía encontrar alguna forma de bajar de ahí sin matarse...

Estaba en un gran peligro en ese momento.

***

—Maldita sea... Son las cámaras otra vez —se quejó uno de los guardias, viendo como todos los monitores de las cámaras estaban bloqueados.

—Son las malditas ratas de la caja de fusibles exterior... —se quejó el técnico principal, mirando las cámaras descompuestas.

—Es por las ratas, ya sabes, casa vieja... Debes ir a arreglarlo ahora, es una noche importante por el chico Jeon al que trajeron, al jefe no le hará feliz saber que nos quedamos sin cámaras.

—Iré de inmediato —respondió el técnico fastidiado, poniéndose de pie.

Tomando sus herramientas, el técnico salió de la sala de control de la casa, y caminando lentamente por el pasillo principal se acercó al patio trasero de aquella vieja casa, donde estaba la caja de fusibles.

No era la primera vez que las cámaras fallaban en ese sitio, ya que las ratas solían morder los cables en la caja de fusibles, y él constantemente debía ir a arreglarlas. Nunca había el temor entre ellos que alguien invadiera la propiedad, ya que debido a que las cámaras fallaban ellos también tenían patrulla de guardias vigilando el perímetro de forma constante, y la energía eléctrica de la casa estaba bien asegurada bajo unas llaves que solo él poseía.

Con una rutina usual, el técnico se acercó a la caja de fusibles, y usando sus llaves para abrir la pesada puerta de metal... Encontró todos los cables intactos.

Con toda su fuerza, Namjoon usó una roca para noquear al técnico, y evitando hacer cualquier ruido, lo apartó de su camino dejándolo inconsciente. Sin perder tiempo, finalmente teniendo la caja de fusibles abierta para él, Namjoon tomó todos los fusibles y los sacó de su sitio, cortando toda la electricidad de la casa.

De esa forma la oscuridad completa se hizo en la playa, y todas las trampas de esos hombres se inutilizaron.

Esa era la señal.

***

Jimin se quedó sentado en la cama, sin saber que estaba ocurriendo, solamente pudiendo pensar con temor sobre lo que acababa de ver...

Entonces su temores fueron confirmados cuando los llorosos omegas comenzaron a ser devueltos a esa habitación, prácticamente siendo arrojados por los alfas dentro, como si fueran objetos inútiles y rotos.

Cuando la puerta se abrió por última vez, Jimin observó cómo Jackson fue arrojado al interior con fuerza, cayendo al piso débilmente. Ahogando un jadeo de sorpresa, Jimin se puso de pie y se acercó a su amigo, intentando ayudarlo.

—Jackson... —dijo Jimin asustado, arrodillándose a su lado— ¿Estás bien...?

Jimin se arrepintió de haber hecho esa pregunta, ya que pronto pudo sentir varias feromonas de alfa sobre su amigo. Entonces quedó claro lo que le habían hecho.

—Jackson... —susurró Jimin, sin saber qué más decir.

—Lo aborrezco —susurró Jackson, sentándose en el piso de forma débil—. Ellos usan sus voces de alfa para obligarnos a hacer cosas horribles, es doloroso porque aun si nuestros omegas aceptan a esos alfas y las cosas terribles que ellos hacen, yo estoy consciente todo el tiempo, y quiero vomitar cuando ellos... Cuando ellos...

Jimin cuidadosamente lo abrazó por el cuello, dejando que Jackson llorara y se lamentara cuanto quisiera, ya que él mismo no entendía cómo podría intentar solucionar aquel terrible momento, dándole su apoyo de esa forma.

—Quisiera resistirme, lo odio tanto... —se lamentó su amigo, apoyándose en Jimin sollozando suavemente— Pero no puedo... Mientras ellos sigan usando sus feromonas y sus voces para obligarme, nunca podré resistirme...

—No es tu culpa, ellos están usando sus... Sus voces... —susurró Jimin pensativo.

Con mucho cuidado, Jimin tocó la parte posterior de su cuello, donde estaba la marca de Yoongi. A diferencia de todos esos omegas. Jimin solo podía reaccionar ante la voz y las feromonas de su alfa, Min Yoongi, así que ninguno de esos guardias alfas podían dominarlo, no como a los demás.

—Ellos usan sus voces para controlarlos a todos... —razonó Jimin mirando a Jackson a los ojos, quien parecía muy confundido.

—Si, por eso es imposible escapar, solo con una palabra nosotros cedemos ante ellos —dijo Jackson con calma, sin entender la confusa mirada que Jimin estaba dando— ¿Qué ocurre?

—Creo que ya se cómo vamos a escapar de aquí...

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