Capítulo 33.

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La recuperación de Jungkook iba a ser complicada, Taehyung lo supo desde el primer momento que lo rescato de aquella casa tan horrorosa. El omega había pasado por demasiadas cosas con su secuestro, y eran heridas profundas que tardarían bastante tiempo en sanar.

A veces Jungkook despertaba en medio de la noche gritando, y se había vuelto mucho más paranoico, tanto que Taehyung ya no podía entender lo que ocurría por la cabeza de su omega, temiendo que en algún momento ya no fuera suficiente para poder salvarlo.

—¿No quieres salir un momento? Hace un día verdaderamente precioso, sería muy lindo poder salir a tomar un corto paseo —sugirió Taehyung abrazando fuertemente a su omega en la cama.

—No... No quiero —se negó Jungkook inmediatamente.

—¿Por qué?

—Ellos podrían tratar de venir otra vez por mí.

Bajando la cabeza con tristeza, Taehyung prefirió no insistir, manteniéndolo en sus brazos, dejando que el menor se sintiera relajado a su lado.

A pesar de su mal estado, Jungkook se negaba a ir con un doctor. Las heridas físicas de ambos ya casi habían sanado por completo, pero todas las cosas que Jungkook sentía y toda su tristeza, era algo que no se podía superar tan rápido. Viendo su estado, los señores Jeon y el propio Taehyung habían considerado obligar a Jungkook a ir a un psiquiatra, pero Taehyung aun tenía dudas respecto a hacer eso, ya que no quería causarle más dolor a su omega haciendo ese tipo de cosas.

Los días pasaron y el invierno finalmente llego. Cuando se había cumplido un mes exacto desde la liberación del menor, Taehyung consiguió que Jungkook saliera de su habitación para ver la nieve, por lo menos a una ventana, donde ambos de forma silenciosa vieron caer los copos blancos en el cielo nocturno.

—¿Te gusta? —pregunto Taehyung con una sonrisa— Mañana hará mucho frio, pero en verdad será un día hermoso, deberíamos ir a jugar en la nieve.

—Te dije que no podemos salir, es peligroso... —se negó Jungkook como era usual.

—Kook, mi dulce omega, ya termino.

Girándose en dirección al menor, cuidadosamente tomo su rostro entre sus manos, acariciando suavemente sus mejillas con los dedos.

—Ya todo acabo Kook, ellos no van a volver, ya nadie quiere hacernos daño. Así que por favor... Solo vayamos a jugar un momento a la nieve, ¿De acuerdo? —le pidió Taehyung con suavidad.

Al escuchar esa petición, Jungkook una vez más quiso negarse, sintiendo sus piernas temblando por el miedo de solo pensar en hacer eso. Sin embargo al observar el rostro suplicante y lleno de preocupaciones de su alfa, Jungkook decidió aceptar, asintiendo suavemente con la cabeza.

***

Al día siguiente cuando un manto blanco había cubierto todo el jardín trasero de la mansión, Jungkook tímidamente dio sus primeros pasos fuera de la mansión después de tanto tiempo, observando el exterior muy extrañado, como si no hubiera salido de casa en mucho tiempo.

—Ven conmigo Kook, vamos a caminar un poco —pidió Taehyung con una sonrisa.

Tomando la mano de su alfa algo dubitativo, Jungkook se sujetó de el para comenzar a caminar por todo el jardín, sintiendo la refrescante brisa de los arboles alrededor, y el frio de la nieve en sus pies cubiertos por gruesas botas de cuero. Mientras que desde la mansión, los señores Jeon observaron muy emocionados como su hijo se atrevía a dar sus primeros pasos fuera de la mansión acompañado de su alfa, esperando que eso significara que se había recuperado aunque fuera un poco.

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