Capítulo 28.

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Tomando la nuca y los cabellos de su amado omega, Taehyung le dió un beso en los labios, el cual era dulce pero a la vez necesitado, como si exigiera cada vez más del cuerpo de su amado omega.

Jungkook por su parte no se negó, dejando que su alfa lo tocara y lo abrazara como quisiera, comenzando a sentir a su omega reaccionar por las atenciones de Taehyung, y como su cuerpo comenzaba a reaccionar ante esas caricias.

—Kookie... —susurró Taehyung contra los labios de su omega, tomando el borde de la camiseta del menor para empezar a subirla.

Ambos se encontraban llenos de tierra y sangre, Jungkook había pasado varias horas atado en una sucia celda, y después de ser herido por esos alfas que lo secuestraron, tenía la ropa que le había prestado su alfa en la granja hecha un desastre. Mientras que Taehyung todavía llevaba parte del uniforme de ese guardia que había dejado inconsciente con su hermano, el cual estaba lleno de sangre por sus heridas, su propia sangre y de todos los otros mafiosos con los cuales había tenido que pelear por poder salvar a su Jungkook.

—Estás temblando... ¿Sientes frío? —preguntó Taehyung preocupado, tocando la piel del pecho de su omega.

—No... Está caliente, todo está caliente...

A pesar del ambiente frío típico de ese hospital, Jungkook sentía su cuerpo y el de su alfa ardiendo por el calor. Así que cuando su alfa se deshizo de la parte superior de sus ropas, Jungkook no pudo evitar temblar de placer, sintiendo como los dedos de su amado comenzaban a presionar sus pezones y a tocar su sensible cuerpo.

—Se siente bien Tae... Me gusta mucho... —susurró Jungkook, buscando nuevamente los labios de su alfa para besarlos con necesidad.

Taehyung estaba siendo muy cuidadoso, podía ver los golpes en el cuerpo de su omega, queriendo tocarlo con cariño para no lastimarlo. Y después de tocar esos bonitos botones rosas entre sus dedos por algún par de minutos más, Taehyung nuevamente bajó sus manos por la cintura y las caderas del menor, tomando el borde de sus pantalones y su ropa interior, quitándoselos también.

Con los ojos cerrados y sus labios concentrados sólo en besar a Taehyung, Jungkook temblorosamente pensó que quería quitarle la ropa a su alfa, quería tocar con sus manos su piel. Así que con algo de brusquedad comenzó a tirar de la ropa de su amado alfa, hasta finalmente poder subir esa extraña camiseta y dejar su pecho al descubierto.

Pero Jungkook había usado demasiada fuerza al pelear con esa prenda de ropa, logrando sacar un quejido de los labios de Taehyung, haciendo que el omega se separara de él asustado, mirando su cuerpo con mucho temor. Fue entonces cuando Jungkook observó un vendaje con algunas gotas de sangre en la parte inferior del cuerpo de su alfa, quedándose estupefacto.

—Hey... Está bien, no pasa nada —dijo Taehyung con calma, acariciando nuevamente la espalda de su amado con sus dedos.

—Ellos te... ¿Dispararon? —preguntó Jungkook asustado.

—Sí, lo hicieron —Taehyung fue sincero, ya que no quería volver a mentirle a su omega.

Al escuchar esas palabras, Jungkook miró asustado sus manos. Por su brusquedad había abierto nuevamente la herida de su alfa, lo que nuevamente le hizo sentir mucha culpa, sin saber qué decir.

—Está bien, ¿Me escuchas? Todo está bien, no te culpes, todo está bien —aseguró Taehyung, sentándose en la cama para abrazar a Jungkook por la cintura con firmeza.

El omega no podía dejar de llorar, lamentándose por haber herido a su alfa, e incluso llegando a sentirse culpable por ser el causante de que le hubieran disparado.

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