Capítulo 8.

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Había perdido completamente el control, mientras el sol comenzaba a ponerse y la noche llegaba, Taehyung se preguntó mentalmente por cuánto tiempo había abrazado a su omega de esa forma, sin poder calmarse.

Se encontraba acostado en la cama, en la espalda de su omega, abrazándolo fuertemente contra su cuerpo, tan fuerte que incluso había llegado a herirlo. Pero Jungkook no podía resistirse, con sus extremidades todavía inmovilizadas, solo podía permitir que su alfa lo abrazara de esa forma tan dolorosa, sin entender aún lo que ocurría.

—A... Alfa... —susurró Jungkook temeroso.

—No, cállate.

Jungkook no tuvo ni una sola oportunidad de preguntar que ocurría, ya que sus labios se callaron en ese mismo instante, obedeciendo a su alfa ciegamente como siempre. Sin embargo sus brazos y su espalda dolía mucho, y el omega temeroso se preguntó si su alfa podría llegar a romper sus huesos si seguía abrazándolo de esa forma, sintiendo temor por primera vez desde que había conocido a su destinado.

Reaccionando ligeramente por las palabras de su omega, Taehyung olisqueó con suavidad el cabello de su omega, oliendo su cuello, perdiéndose en sus feromonas por un instante. Jungkook olía a temor, Taehyung en verdad estaba asustándolo mucho.

—Ellos quieren llevarte, quieren alejarte de mí... —susurró Taehyung, lamiendo suavemente la nuca del menor— Eso es algo que no voy a permitir... No puedo permitir que ellos te aparten de mi lado... ¡Nadie te apartará de mi lado jamás!

Taehyung se sentía terrible, desde que había conocido a su destinado, rompió todas las reglas que se había puesto a sí mismo al estar al lado de un omega. Le había quitado su primera vez en esas terribles condiciones, lo estaba forzando a quedarse a su lado de esa forma tan dolorosa, y ahora planeaba vincularse con él.

—E... Espera... ¡No! —dijo Jungkook asustado, sintiendo los dientes de su alfa rozando su piel.

—Si te muerdo... No importa cuanto lo intenten, nadie podrá alejarte de mí jamás, serás mío para siempre... —respondió Taehyung con la voz ronca por la excitación.

—Por favor, detente... Por favor, tengo miedo —suplicó el omega a punto de llorar—. Ni siquiera he visto tu rostro una sola vez, no quiero que lo hagas, no te vincules conmigo, por favor...

En un rápido movimiento, Taehyung arrancó la venda de los ojos de Jungkook, y lo encaró en la cama.

El omega soltó un suave quejido de dolor, ya que la luz había herido sus ojos por esa forma tan repentina en la que su visión fue liberada, después de permanecer tantos días con sus ojos en completa oscuridad.

Pero cuando finalmente pudo acostumbrarse a la luz y miró a su alfa a los ojos, Jungkook no supo qué decir, admirando el hermoso rostro de su alfa iluminado por la luz del atardecer, enamorándose de él completamente. En definitiva, Taehyung era el alfa con el que Jungkook había soñado toda su vida.

—Alfa... —susurró Jungkook muy conmovido.

—Ahora que tu deseo ya ha sido cumplido, llega mi turno.

Sin darle oportunidad a hablar más, Taehyung tomó los tobillos del omega y les quitó sus ataduras, para luego quitarle la parte inferior de su ropa con rapidez, sin dejar de mirar a Jungkook a los ojos.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó Jungkook muy confundido.

—Algo que no va a gustarte para nada...

Gimiendo con fuerza, Jungkook desvió la mirada muy avergonzado. Ya que entre sus piernas, se encontraba su alfa, lamiendo su hombría mientras lo sostenía por las caderas. Esto aún resultaba en algo realmente vergonzoso para Jungkook, quien no podía mirar a su alfa cuando hacía aquello, solamente pudiendo temblar y dejarse hacer dócilmente, sintiéndose algo mareado por las fuertes feromonas que llenaban la habitación.

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