Capítulo 22.

193 19 0
                                    


Jimin abrió los ojos después de un par de horas, debido al frío y el temor que sentía, no había podido evitar quedarse dormido, al despertar se encontró en una dura cama con sábanas sucias, mirando al omega que se había presentado con él cuando había llegado a ese sitio, sentado en la cama y con la mirada perdida.

—Oh... Estás despierto —dijo Jackson con la voz suave, cuando se dio cuenta de que Jimin había abierto los ojos.

—¿Qué pasó? —preguntó Jimin algo aturdido, sentándose en la cama con cuidado, mientras tocaba su abdomen con cierto temor.

—Nada en realidad, te acostaste en la cama, y prácticamente te desmayaste.

—¿Qué es este sitio? —preguntó Jimin, volviendo a mirar a su alrededor.

Se encontraban en un lugar muy oscuro, con un poco de luz de la luna entrando por altas ventanas en las paredes las cuales estaban cerradas con barrotes de acero desde el exterior. Y a pesar de la leve luz de la luna, Jimin pudo ver como estaba rodeado de otros omegas, los cuales estaban acurrucados en el suelo o en más de esas duras camas con sábanas sucias.

—No lo sé a decir verdad, ni siquiera sé en qué ciudad nos encontramos —respondió Jackson con sinceridad—. Pero este lugar es como una casa de paso, traen omegas aquí y los retienen por un tiempo, luego se los llevan y traen nuevos... Yo he estado aquí casi por un mes...

—¿Por qué harían algo como eso?

—¿No lo entiendes? Son secuestradores y traficantes de omegas —explicó Jackson con seriedad—. Yo estaba investigando la desaparición de algunos omegas de clase baja en Hong Kong, me acerqué demasiado a una banda de mafiosos que se sospechaba que traficaban a Corea, ellos vencieron a todo mi escuadrón, pero cuando se dieron cuenta de que yo era un omega...

—Te trajeron aquí —dijo Jimin con un tono de voz serio—. ¿Hay alguna forma de escapar?

Jackson negó con la cabeza, mirando con tristeza a todos los demás omegas a su alrededor.

—Muchos otros lo han intentado, pero nunca termina bien, los que nos retienen aquí son alfas que controlan fácilmente omegas con sus voces de mando —explicó Jackson con suavidad—. Yo personalmente he intentado varias veces salir de aquí, pero yo no creo que tú deberías hacerlo en tu estado, además de que...

De pronto todos se quedaron en silencio, cuando a lo lejos escucharon risas y pisadas de varias personas. Sin entender lo que estaba ocurriendo, Jimin solo pudo observar como Jackson se ponía frente a él como si lo estuviera protegiendo, y sentir como todos los demás omegas a su alrededor comenzaban a soltar feromonas de miedo.

—¿Qué está ocurriendo? —preguntó Jimin asustado, volviendo a sentirse temeroso.

—No te muevas y no hagas nada estúpido, si no quieres que ellos te lastimen a ti o a tu cachorro, quédate quieto —le ordenó Jackson con seriedad.

Jimin no tuvo tiempo de volver a preguntar, ya que de pronto la puerta de aquel sótano se abrió, y varios alfas entraron en la habitación, sin dejar de reír y mirando a todos esos omegas con desprecio.

—Es una noche aburrida, ¿Por qué no vamos a divertirnos? —preguntó uno de esos alfas.

Entonces Jimin lo entendió, y encogiéndose en su sitio, observó como esos alfas llamaban a varios omegas usando su voz de mando, y como se llevaban a esos omegas fuera de la habitación de mala manera, dejando claras sus intenciones.

Jimin solo suplicaba mentalmente que no lo llamaran a él, temiendo por su cachorro y por su propio bienestar. Pero sus temores se confirmaron cuando uno de esos desagradables alfas llamó a su nuevo amigo, diciendo algo en un idioma que Jimin no pudo entender.

—¡No! —dijo Jimin, intentando evitar que Jackson se fuera.

Pero aquello resultó imposible, pues el otro alfa había usado su voz de mando, y Jackson no pudo negarse. Así que Jimin solo pudo ver como se lo llevaban, sintiéndose muy asustado por el bienestar de su nuevo amigo.

***

Tal y como habían planeado, varios autos se estacionaron en la playa, a varios metros de distancia del lugar donde habían acordado.

Bajando del primer coche con un rostro lleno de furia, Yoongi se encontró con su amigo Hoseok, que se encontraba con otro grupo grande de personas ya en el lugar, quienes hablaban entre susurros haciendo planes.

—Agente Jung, ¿Puedo preguntar qué es esto? —preguntó Yoongi reuniéndose con su amigo y sin irse por rodeos.

—Yoon, es bueno verte aquí —respondió Hoseok, intentando mantener su actitud alegre a pesar de la situación—. Tengo muchas cosas que contarte, pero sinceramente... No sé por cuales comenzar.

—Dijiste que sabías donde estaba mi omega y mi hermano, empieza por ahí.

—Lo más complicado, comprendo...

Con un suspiro y apartándose un poco de sus hombres, Hoseok le contó a Yoongi todo lo que había ocurrido, pero evitando mencionar que Jungkook ya estaba marcado por su alfa. Yoongi ya estaba lo suficientemente furioso, Hoseok en realidad no quería volverlo loco diciéndole tantos detalles.

—¿Entonces los tienen ahí? —preguntó Yoongi furioso, mirando en la dirección opuesta a la playa— ¿Que haremos para recuperarlos?

—Tú tienes hombres a tu servicio, yo también, tendremos apoyo del otro lado de la casa, ahora solo debemos acercarnos cuando tengamos la señal —dijo Hobi con calma.

—¿Cual señal?

—La señal de que podemos avanzar sin peligro —dijo Hoseok con calma.

***

Respirando profundamente, Taehyung saltó desde las sombras y atacó a uno de los vigilantes que estaban haciendo sus rondas por la playa, eliminándolo de forma silenciosa. Haciéndole una señal con la cabeza a su hermano, Namjoon también salió desde las sombras y tomando a ese vigilante, lo arrastraron por la arena hacia lo obscuro.

—Apresúrate —le ordenó Namjoon poniéndose a vigilar—, en 30 segundos si no apareces por las cámaras, ellos se darán cuenta de que algo está ocurriendo.

Lo más rápido que pudo, Taehyung le quitó la ropa a ese guardia para ponérsela a sí mismo. Aquel hombre era un beta, así que Taehyung tendría que controlar sus feromonas para evitar ser reconocido. Apenas pudiendo arreglar su propia ropa, Taehyung tomó el arma de aquel alfa y salió desde las sombras, caminando nuevamente por el perímetro como si nada hubiera ocurrido, fingiendo ser aquel hombre.

Manteniéndose entre las sombras, Namjoon siguió a su hermano de cerca, fijándose de que nadie se hubiera dado cuenta del cambio, para que Taehyung pudiera infiltrarse en la casa con facilidad.

Tras un par de minutos rondando aquella casa en medio de la nada, un intercomunicador que tenía Taehyung en su ropa le indicó que ya era hora de su descanso, y que podía regresar a la casa junto con los demás guardias. Dándole una última mirada a su hermano, Taehyung entró en la casa con lentitud.

Tenía que moverse rápido, no podía quitarse el pasamontañas para que nadie lo descubriera, y debía seguir con el plan. A pesar de que él quería buscar a su omega cuanto antes, ahora que estaba en ese sitio, debía mantener la calma y cortar la electricidad de aquel lugar.

Siguiendo a los demás guardias al interior de aquel lugar, Taehyung aprovechó la oscuridad de aquel gran y serpenteante sitio para meterse a un pasillo, y de ahí correr hasta uno de los baños. Era su primera vez en esa casa, pero gracias a la acertada descripción de su hermano, pudo manejarse en ese sitio hasta llegar a su destino.

Entrando en un viejo baño que estaba en desuso, apenas con algunas cajas amontonadas en su interior como un almacén, Taehyung buscó una caja de cables en una de las paredes. Teniendo todo finalmente ubicado, Taehyung no perdió tiempo y usando un cuchillo de sus ropas, cortó todos los cables de color negro que pasaban por esa caja de cables.

—Está listo —dijo Taehyung en un susurro, hablando con su hermano por su teléfono.

—Espera a la señal —fue la escueta respuesta que le dio su Hyung antes de cortar la llamada.

Era el turno de Namjoon de hacer su parte.

Save meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora