I. BUEN COMIENZO

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Capítulo 1

"El momento que más miedo da es siempre el de justo antes de empezar" Stephen King

•••

Bajo del coche y cierro de un portazo, empezando a correr tras escuchar el "clik" del cerrojo del coche activándose. Guardo las llaves en el primer bolsillo de la mochila que encuentro, mientras cruzo el aparcamiento cuidando de no tropezar. Entro dentro del edificio y freno a tiempo de pulsar el botón del ascensor, el cual se abre al instante y yo entro.

―¡Por Dios! ―retrocedo cuando la puerta se cierra, encontrando a un señor mayor que me mira con odio, con los cuatro pelos blancos que adornan su cabeza crispándose con cada segundo que pasa.

Me agacho a recoger el portátil con la manzana que yo, sin querer, había tirado al suelo, pero el manotazo que me da el señor me hace ponerme recta de nuevo, alejándome de él y su portátil. Cruzo un brazo sobre mi pecho, escondiendo mi mano en mi sobaco, mientras que con la mano derecha me tapo la cara.

―Lo siento mucho, tenía prisa y...

―¿Para quién trabajas? ―pregunta automáticamente, observando la pantalla partida de su portátil.

Madre de Dios, yo no tengo dinero para pagar eso, ni siquiera tengo un trabajo estable ¡este es mi primer día y encima llego tarde!

―Yo... ―titubeo ante su mirada rabiosa mientras aprieta varios botones en el portátil―, yo no trabajo aquí.

―Ah, ¿no? Entonces ¿cómo has entrado al parking privado de PANIC-22 ? ―su pregunta me hace fruncir los labios―. Llamaré a seguridad.

Cuando le veo sacar de su chaqueta un móvil del tamaño de mi cara, también de la misma marquita que el ordenador, todo mi cuerpo pasa a ser un flan.

Malditos ricachones.

―No, a ver... le puedo explicar ―me llevo la uña del dedo pulgar y la muerdo, mientras él me da la aceptación a mi conversación frenando el ascensor al pulsar el botón rojo. Su madre―. No tengo jefe, o jefa, aún, es mi primer día. Hice una entrevista por internet y me han cogido, o eso creo porque llego tarde... ¿sabe el tráfico que había? ¡He perdido casi veinte minutos en un atasco! Ya me pueden coger y pagarme bien en este sitio, porque con lo que voy a gastar en gasolina... ―me veo callada por un "sh" procedente de su boca.

―¡Cállate, incordio! ―abro la boca indignada, aun bajo su mirada de rabia―. Mira, solo con lo que me vas a tener que pagar por este ordenador se va a ir tu sueldo de dos meses, ¿lo captas? ―cada vez se me acerca más amenazante, haciéndome retroceder. Escuchamos el "clik" de las puertas abriéndose, por lo que se aleja―. Si te cogen, tu jefe se las verá conmigo.

Retrocedo, tropezando con el sobresalto del paso del metal del ascensor al suelo reluciente encerado del piso 6.

Me giro ante el olor a limpio que rebosa en el ambiente, quedando alucinada con lo que veo.  Un gran salón blanco, con grandes cristaleras y luces blancas inundan el lugar. Varias personas cruzan de un lado a otro algo ajetreadas, mientras que otras se encuentran en lo que, suponía, serían sus respectivas mesas de trabajo.

Madre mía, estaba en la editorial de la revista más famosa de Inglaterra.

Avanzo unos pasos hasta llegar al pasillo, girándome para encontrar a alguien que pudiese ayudarme. No encuentro a nadie, por lo que saco mi móvil y observo la hora, queriendo suicidarme. Las 10:59 pm. En un minuto comenzaría mi "presentación" previa al puesto, y yo estaba perdida. Vuelvo a girarme, esta vez avanzando, cuando choco contra alguien.

Señor Cooper, váyase a la mierdaWhere stories live. Discover now