XX. CORDIALIDAD

693 68 9
                                    

Capítulo 20

"Más vale malo conocido que malo por conocer"


―¿¡Qué estás haciendo?! ―Pia tira de mi brazo, haciéndome retroceder varios pasos. Pronuncia la frase con los dientes apretados, enfadada conmigo―. ¿Estás loca?

―¿Tengo otra opción? ―mi pregunta está rodeada del deseo por una respuesta contraria a lo que yo sabía, pero obviamente no llega.

Porque no tengo otra opción.

El rostro de Pia refleja rendición, aunque no quiera admitirlo. Trago saliva y miro a Cameron, el cual porta una sonrisa que me hace repudiarlo. Que ganas de borrarle esa maldita sonrisa de suficiencia.

Con un movimiento de cabeza indica que le sigamos, por lo que eso terminamos haciendo en cuanto comienza a caminar. Los tres nos movemos en silencio hacia la salida del edificio, cruzando la puerta para terminar en la concurrida calle, aún con el silencio marcando nuestros pasos. Freno cuando él no hace, manteniendo las distancias con su cuerpo.

Es entonces cuando entrecierro los ojos y le miro bien.

He accedido a volver a su revista. Vuelvo a trabajar para él. Soy su secretaria, de nuevo. Esa vocecilla infernal de mi cabeza va a poder volver a llamarle jefe cada vez que piense en él.

Me odio.

―Tú te vienes conmigo. ―él ojea algo en su teléfono y ni siquiera me mira cuando dice eso. Abro los ojos sorprendida y miro a Pia casi al segundo―. A ti puedo pagarte el viaje en taxi... ―esta vez mira a mi amiga, la cual está anonadada.

―No quiero tu sucio dinero y tampoco pienso dejar a mi amiga contigo.

―Me está aburriendo, señorita Bennutti. ―alza la mirada hacia mi amiga, guardando su teléfono antes de mirarme a mí―. Voy a por el coche y te recogeré aquí mismo, así que no te muevas.

No sé en qué momento se pone unas gafas de sol, pero sí que me deja con la palabra en la boca cuando se aleja a buscar su vehículo. Permanezco mirándole hasta que está lo suficientemente lejos, girándome entonces a mirar a Pia. Está a punto de colapsar.

―¿Qué se supone que haces? ¿Vas a dejarle ganar, así, sin más? ¡Reacciona, Mac! ―apurada viene hasta mí, poniendo sus manos en mis brazos.

―¿Que reaccione de qué? ¿Qué pretendes que haga? ¡No tengo opción, Pia! Si no vuelvo me demandará, mis padres se enterarán de absolutamente todo y, por si fuese poco, no encontraré trabajo. ―me deshago de sus manos en mí y cambio las tornas. Ahora soy yo la que ha puesto las manos en sus hombros―. Estoy de mierda hasta el cuello, no puedo hacer nada para que esto no se vuelva en mi contra... ¿dos demandas? Mato a mis padres del susto y del disgusto.

―Vale, vale. ―se mueve en su lugar, sacándose mis manos de encima―. ¿Y a dónde vas a ir con él? ¿Qué harás ahora?

―Sé exactamente lo mismo que tú ―suspiro y, nerviosa, tomo el coletero en mi muñeca―, imagino que iremos a PANIC-22.

Termino haciéndome un pequeño moño mientras suspiro, con la mirada clavada en el camino por el que Cameron había desaparecido. Tengo que entrecerrar los ojos debido al sol, no divisándole en los alrededores. Cuando vuelvo a mirar a Pia la encuentro mirando en la misma dirección, con una mano a modo de visera contra el sol.

La veo abrir la boca para hacer algún comentario, pero el chirrido de unas ruedas contra el asfalto nos sobresalta a ambas. Me muevo y me coloco a su lado, observando desde esa posición el maserati negro que aparca frente a nosotras.

Señor Cooper, váyase a la mierdaWhere stories live. Discover now