Casi perfecto

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Nota:

Antes de empezar, me gustaría aclarar que este capitulo no fue hecho para molestar a nadie. Amo a cada personita que me da la oportunidad de formar parte de su día, y por nada del mundo les faltaría al respeto. 

Los adoro...

Aclaración: Los diálogos en cursiva, son diálogos que pertenecen al video que ven nuestros chicos preciosos, no se me vayan a confundir. 

Aclaración #2: Este capitulo fue todo un reto, si encuentran un error (que de seguro lo habrá) háganmelo saber, please. 

¡Ahora si!



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Dazai estaba seguro de que, en el tiempo que llevaba de trabajar cerca de Chuuya, no le había visto reír por algo que no fuera por algún comentario ofensivo al castaño. Y eso sí se contaba como diversión, porque sabía perfectamente que aquella mueca no era por nada más que solo altanería.

Él conocía cada gesto de su compañero, así como las intenciones escondidas detrás de sus acciones, aunque el más bajo tratara siempre de hacerle ver lo contrario de estas. Incluso podría aventurarse a afirmar que conocía a aquel chico mejor que a él mismo; y es que se había dedicado a observar lo suficiente como para llegar a tal certeza. Ellos solo estaban juntos si era necesario, y por necesario se entendía como "dar gusto a Mori-san", pero aquella cercanía era la que avalaba su actuar.

El mayor había adquirido cierto fanatismo al dúo. Le generaba tanta curiosidad y satisfacción el saberles tan cerca y a la vez tan lejos. Veía con cierta gracia como buscaban cualquier excusa para pelear y mantener alejado al otro, en un intento desesperado por no permitir la entrada a la vida personal que cada cual. Era más que obvia la negación, disfrazada de repudio a la existencia del contrario, y el miedo de saber que en algún momento la relación de enemistad podía llegar a ser algo más profundo, pasando límites que no estaban dispuestos a ignorar. Mori sabía que muy en el fondo, uno no podría avanzar sin el otro.

Ante tal análisis, que Dazai ya había hecho, pero se negaba aceptar, es que trataba de mantener una línea con el pelirrojo, alejándolo siempre con comentarios dolorosos. Tenía la esperanza de que, mientras más lejos estuvieran uno del otro, para él no sería tan difícil la separación que en algún momento llegaría, después de todo la buscaba constantemente. Y en caso de Chuuya, más sencillo sería dejarlo ir.

Aún y con eso en mente, ahí estaba. Miraba de reojo a su colega. Tenía una sonrisa sincera desde hace un buen rato, y es que no había nada más gratificante que escuchar la suave risa de Chuuya, mientras este se tomaba el estómago y trataba de controlar su respiración después de tanto reír.

Ya había olvidado cuántas veces la misma escena se había repetido en el televisor, pero no le importaba. Sentía cierto calor en el pecho al ver al más bajo divertirse de tal manera, él mismo estaba disfrutando de la vista y sonreía ante la simple petición del chico a su lado, quién solicitaba lo mismo una y otra vez mientras le tomaba del hombro, como queriendo contagiar aquella felicidad con el tacto; lográndolo realmente.

—¡De nuevo... ponlo de nuevo! —dijo Chuuya con dificultad mientras recargaba la mitad de su cuerpo contra el brazo de Dazai—. Una vez más —pidió mientras reía.

—No puede ser —sonrió al pelirrojo—. Ya lo has visto seis veces, Chibi.

—Una última y ya.

DARKNESS MY SORROW |SOUKOKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora