Te protegeré

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Antes de leer:

A ver, primero y antes que cualquier noticia mala, mil gracias por todo este tiempo que me dedicaron. Por estar al pendientes de las actualizaciones y por leer hasta acá. Sé que fue algo largo, pero lo hice con mucho amor. Ahora si, este es el último capítulo de Darkness my sorrow QuQ

Segundo, la parte fea. Debido a las políticas que comenzaran a implementar en la plataforma, hay una probabilidad altísima de que me tumben esta historia. Es una pena, pero normas son normas. Estaré migrando la historia (y posiblemente comience a escribir como tal) en otras plataformas. Debido a la falta de tiempo, aún no tengo usuario para estas, pero me daré prisa antes de que tengamos cero comunicación. 

De igual forma, si alguien aquí gusta seguirme en otro lugar, con mucho gusto responderé mensajes.

Una vez más, los adoro mucho muchísimo por este tiempo juntos <3

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Chuuya miró alrededor. La neblina le impidió distinguir algo en concreto, la fuerte sensación de tener que seguir en búsqueda de algo no le dejaba en paz. Abrió la boca para llamar a quién sea que le observaba desde algún punto del lugar; porque si, estaba seguro de que no estaba solo.

—¿Quién eres? —preguntó, más no recibió una respuesta.

Giró a la derecha al percibirle moverse y entonces, lo notó. La silueta de la misma persona a la que había visto antes, apareció. Era el mismo hombre, lo sabía sin tener una garantía, pero algo en él se sentía demasiado familiar como para asegurar que lo era.

—¿Por qué estás aquí? —aventuró a preguntar—. ¿Quién eres? ¿Necesitas algo de mí? —. El extraño no dijo nada. Chuuya intentó acercarse. Entonces, el hombre dio dos pasos atrás, alejándose de él—. ¿Por qué no puedo alcanzarte?

El hombre negó y un segundo después, gracias a una fuerte ráfaga, desapareció.

Abrió los ojos exaltado.

Llevó una mano a su pecho y apretó la tela del pijama entre sus dedos. Su ritmo cardíaco estaba disparado, sudaba frío y el dolor ya conocido le hizo temblar la mandíbula. No era la primera vez. Al menos en la última semana había tenido ese tipo de sueños, en los que trataba de hablar con alguien desconocido tan solo para ser rechazado. Le embargaba tal tristeza, que terminaba por despertar con dolor en el pecho, después venían las jaquecas y finalmente, el llanto.

Llevó el dorso de la mano izquierda a su rostro para retirar las lágrimas que simplemente salieron sin darse cuenta. Era demasiado, comenzaba a cansarse de aquella situación. Tenía días enteros sin dormir bien. Desde que Dazai se había retirado al complejo de apartamentos de la Agencia, bajo la excusa de que tenía mucho trabajo qué hacer, luego del desastre que Chuuya había causado en el ahora laboratorio destruido.

—Maldición, deténganse —exigió frustrado, el llanto no parecía aminorar—. Ni siquiera sé por qué salen. Deténganse.

Pero claro que su cuerpo no siguió la orden.

Se sintió frustrado, le costaba respirar; de repente, su habitación era demasiado pequeña como para permanecer ahí.

Sollozó en su intento por jalar aire, se llevó ambas manos a su cabello y tiró un poco con desesperación. ¿Qué estaba pasando con él? El inexplicable desequilibrio en su mente le estaba llevando al límite, y la soledad que le aterraba al saber que no había alguien para consolarlo le hizo enterrar la cabeza entre las rodillas, haciéndose un ovillo.

DARKNESS MY SORROW |SOUKOKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora