Sin Conciencia

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¡ADVERTENCIA!

MENCIÓN DE SUICIDIO Y ASESINATO. Por favor tomen esto con seriedad. Recuerden que todo lo que conlleva este tipo de situaciones, tiene que ser atendido por un profesional.

NADA de lo que está escrito aquí tiene la finalidad de incitar, ofender o incomodar. 


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Ango no solía usar su habilidad en las personas por tres razones establecidas una noche de copas. No estaba seguro de si Nakahara Chuuya recordaba aquel encuentro en que terminó revelando su habilidad, pros y contras, así como los temores que le hacían vacilar cada que tenía que usarla. Lo único que tiene claro es que el pelirrojo, después de su segunda botella de vino, le ayudó a poner orden a sus pensamientos con respecto a su inseguridad.

Gustaba de perderse en su memoria y revivir esos recuerdos que alguna vez le arrancaron una sonrisa sincera; casi podía escuchar al mafioso decirle cada uno de los puntos por los cuales era válido su argumento. Él por su lado, le apoyó con la emoción que solo se siente al tener un cómplice, divertido por la modulación arrastrada de sus palabras, los movimientos torpes y la felicidad de saber que alguien más le podía dar nombre a sus demonios internos. Por lo que era nulo su agrado el haber roto esa regla de oro actualmente. Ya eran tres personas en las que había usado Discurso en decadencia, lo que le llevaba a tener un amargo sabor sobre su utilidad, junto al merecido dolor del cual comenzaba a ser consciente. El uso constante, comenzaba a dañar su mente.

Su rota y abrumada mente.

Abrió los ojos exaltado al sentir el dolor recorrerle en una mejilla. Apenas logró sentarse, se llevó la mano a la zona, sintiendo la piel caliente ante el notorio golpe. Las lágrimas no tardaron en salir, y contra su voluntad, las dejó correr después de pestañear confundido. La burlona risa de Dazai le hizo buscarlo para confirmar lo que ya sabía.

El castaño le había despertado con una bofetada.

—¡Ha despertado! —celebró el detective. Su palma roja por la evidente acción—. Te dije que era infalible.

—En verdad eres de lo peor. —Ango recordó que estaba en el departamento de Chuuya, por lo que verlo no le sorprendió—. Te dije que lo dejaras en paz hasta que se recuperara. ¿De verdad no sabes lo que es el respeto?

—Mi perro me está enseñando modales —susurró a Ango, este se apartó molesto—, el mundo está de cabeza.

—Vete al demonio, escuché eso.

—Además tiene buen oído. ¿Qué otros trucos sabes hacer?

Chuuya le tomó de la camisa y lo acercó a su rostro amenazando con el puño en alto. En respuesta, Dazai sonrió triunfante por haberle hecho enojar.

—¿Me golpeaste? —preguntó el agente de gobierno, adormilado. Pasó suavemente su mano sobando la mejilla—. Dazai, ¿en serio me golpeaste?

—La vida te ha tratado peor, Ango.

—Imbécil —Chuuya lo soltó y empujó con coraje. Se acercó a Ango y, ante la incrédula mirada de los dos presentes, tomó un paño de un bowl con agua, lo dobló después de exprimirlo y lo puso en la mejilla del pelinegro—. Te desmayaste —informó sin dejar de frotar—. Alek dice que es por el agotamiento de los últimos días. Han estado muy metidos en aburridos reportes y redacciones de todo tipo, es normal que llegaras a tu limite. ¿Sabes dónde estás?

Ango asintió sonrojado por la cercanía del mafioso.

—En tu departamento.

—¿Sabes quién soy?

DARKNESS MY SORROW |SOUKOKUWhere stories live. Discover now