Tragos para reforzar (Parte I)

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La reunión terminó siendo de las más largas y pesadas en las que alguna vez Chuuya participó. Y es que cada cierto tiempo, olvidaban que estaban del mismo lado, desatando un sin fin de insultos al bando contrario solo para ser detenidos por un Ango fastidiado. No pudieron llegar a un punto en concreto dentro de las primeras tres horas; tiempo en que se habló de las variables, los factores externos y la pocas pistas que se tenían.

Así pues, concluyeron que los sobres encontrados por la agencia, aunque a simple vista parecía algo inútil, guardaban alguna conexión importante para dar con el causante del reciente conflicto.

Rampo estaría a cargo de enlazar a cada persona involucrada en esos documentos, mientras Kunikida, con ayuda de Ango, buscarían en los pocos recuerdos de Tanizaki cualquier desliz que les revelara la ubicación del enemigo. De esta forma, los demás integrantes de la agencia podrían moverse a distintos puntos de la ciudad, con la esperanza de encontrar lo necesario para entender qué estaba ocurriendo y cuál era el objetivo.

Sin embargo, la parte difícil del plan estaba en el equipo formado para hilar cada detalle surgido de la investigación en conjunto de todos los demás. Alek había actuado rápidamente y, en ese momento, su personal de seguridad buscaba a la chica en cuestión durante la junta. Mientras tanto, se dedicaría a analizar cada dato proporcionado por el enemigo, junto a Chuuya y Dazai. Así que ese era el verdadero problema. El berrinche que el castaño detective exhibió frente a todos, alegando que no podía trabajar con ellos dos así sin más, fue realmente épico e impactante para cada integrante de la agencia; quienes, si bien ya le sabían hasta cierto punto inmaduro, no creyeron ver semejante rabieta. Tuvieron que intervenir Kenji y Atsushi para hacerle levantar del suelo, después de que se tiró dramáticamente ante la avergonzada y furiosa mirada de Chuuya. Si los detectives tenían una idea -no tan alejada de la realidad- de lo mal que ellos dos se llevaban, ahora sus mentes trabajaban al cien por descifrar la razón detrás de aquella actitud.

Alek se mantuvo estoico ante cada demostración del castaño por recalcar su falta de inteligencia emocional. Por lo que el silencio incómodo de camino al departamento de Chuuya acababa lentamente con los nervios del más joven, quien le miraba de reojo para luego suspirar. En parte le abrumaba demasiado también el trabajar tan cerca a Dazai, especialmente, teniendo a Alek allí mismo.

Mori había solicitado que se celebrara algún tipo de bienvenida al ruso, en compañía de la Agencia; todo, como muestra de la alianza formada. Dejó en claro que no podían negarse a tal evento, era una orden a final de cuentas. Realmente, lo único que le gustaría en ese momento era poder acomodar sus emociones, planes y ansiedades junto al mayor. Muy en el fondo sabía que empezaba a alterarle todo el tema.

Casi corrió a la bañera una vez llegaron, tal vez un buen baño le ayudaría a relajar la mente, a poner orden dentro de él y recordarse que tenía que seguir avanzando, tal cual le dijo Dazai. Ciertamente, era más fácil decirlo que hacerlo. Sin mediar palabra, ambos se alistaron para el tan esperado evento de alianza. La incertidumbre causó náuseas en Chuuya, sintió la gran necesidad de escuchar del ruso la promesa de que todo saldría bien, lo cual lo llevó a buscarlo.

—¿Estás listo? —preguntó, asomando la cabeza por el umbral de la puerta del baño.

Vio al mayor terminar de acomodar su abrigo negro. Alek, como casi todos en la mafia, solía usar atuendos de ese color; cosa que Chuuya amaba realmente.

—Lo estoy —respondió, abriendo los brazos como para dejarle examinarlo—. ¿Qué tal me veo? —preguntó a un embelesado pelirrojo.

Chuuya tragó saliva antes de poder siquiera responder. Alek sabía verse tan bien. Llevaba un traje marrón claro en corte recto, hecho a su medida, el saco con botones de bronce apenas un poco por debajo de la cadera. Debido al frío de la temporada, optó por un suéter ligero de cuello alto negro y encima, el abrigo que mostraba tan bien su espalda y fuertes hombros. Se fijó en su cabello, el cual peinó en media coleta. Respirar le fue difícil, comprendió cuán perdido estaba por ese hombre.

DARKNESS MY SORROW |SOUKOKUحيث تعيش القصص. اكتشف الآن