FLORES DE CEREZO

CAPÍTULO 31. PAISAJE JUNTO AL RÍO

Cuando Lin Rufei y Meng Lanruo regresaron a la residencia Meng, se encontraron con Meng Youyue, que estaba sentada en el jardín cuidando las flores y las plantas. Con un largo par de tijeras en la mano, estaba jugando con las flores frente a ella y dos sirvientas paradas detrás de ella sostenían las flores que acababa de recoger.

No sabía cómo la residencia Meng logró esto; cientos de flores en el jardín competían por la belleza mientras florecían al mismo tiempo. Estos capullos estaban brotando o en plena floración y ni una sola flor se marchitó. Probablemente gastaron mucho esfuerzo para cuidarlo.

"Meng Lanruo, veo que tu piel se ha vuelto a tensar [1] ". Meng Youyue dijo, pero sus ojos contenían rastros de una sonrisa: "Mira tu cuerpo cubierto de polvo de colorete si madre supiera a dónde has ido..."

[1] Hacer algo para enojar al otro porque quiere golpearte.

"Ah, hermana, hermana, mi buena hermana, no debes decirle a mamá, ah". Meng Lanruo dijo nerviosamente: "Solo fui a escuchar una pequeña canción, no me atrevería a hacer nada más."

Meng Youyue se quejó de Meng Lanruo: "No importa que hayas salido a perder el tiempo, incluso llevaste a Lin gongzi contigo..."

Lin Rufei sonrió e indicó que no había daño. Comentó que en realidad era bastante interesante.

Meng Youyue sonrió tímidamente: "Lin gongzi, mi hermano no es confiable, si hace algo que te ofende, ten paciencia con él."

Meng Lanruo murmuró que no lo había hecho, pero el dedo de Meng Youyue le dio un codazo en la cabeza, por lo que finalmente se detuvo.

Aunque Lin Rufei se comió por error los pasteles en la casa de las flores ayer, en realidad durmió bastante bien. Sin embargo, Meng Lanruo no podía dejar de bostezar y frotarse los ojos, parecía estar bastante deprimido. Tanto él como Lin Rufei consiguieron algo de dim sum y los dos comieron una cosa tras otra.

Pero la atención de Meng Lanruo no estaba en la comida. Se retorcía en su asiento y tenía una mirada completamente distraída.

Lin Rufei pensó que tenía sueño al principio, pero después de notar que parecía haber querido decir algo varias veces, vacilante, dejó la leche medio borracha en su mano y preguntó: "¿Meng gongzi tiene algo que decir?"

"Lin gongzi". Meng Lanruo parpadeó y dijo: "¿Has leído 'La historia de Yang Hua?'"

"La historia de Yang Hua" era una novela muy popular y había sido ampliamente distribuida. La historia era sobre una niña en una casa de flores y un estudiante pobre. Aunque el contenido del cuento era anticuado, la escritura del autor era buena y consideraba que era bueno leerlo de vez en cuando por diversión. Solo que este tipo de libros eran populares entre las mujeres. La única razón por la que Lin Rufei lo compró fue porque cuando visitó la librería, Yu Rui lo vio y quiso llevarse una copia.

Si Meng Lanruo hubiera hecho esta pregunta antes, Lin Rufei habría pensado que tenía una amplia gama de conocimientos. Sin embargo, después de lo sucedido anoche, la pregunta de Meng Lanruo parecía haber adquirido un significado diferente.

Lin Rufei miró a Meng Lanruo y respondió: "Lo he leído".

"¿En realidad?" Cuando Meng Lanruo escuchó que Lin Rufei lo había leído, inmediatamente se emocionó. Acercó la cabeza y susurró: "Mis padres dicen que estos son libros de ocio. No me dejan leerlo y dicen que si leo demasiado, mi cerebro se deteriorará..."

Por alguna razón, cuando Lin Rufei escuchó esas palabras pronunciadas por la boca de Meng Lanruo, realmente quería reírse. En cambio, soltó una tos baja para ocultar la risa oculta en sus palabras: "De hecho, son libros de ocio". En cuanto a si el cerebro se volvería malo después de leer más, entonces no lo sé.