CAPÍTULO 34. YO SOY TU PADRE

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Lin Rufei se rió durante bastante tiempo, y cuando vio la molestia en el rostro de Qi Yansheng, reprimió la sonrisa en sus labios y tosió secamente, fingiendo que no había pasado nada, "¿Cómo pensaste en hacer tal cosa?"

Qi Yansheng resopló en respuesta: "Es por ese niño Meng Lanruo, pero él no conoce el arte de Odiar la Victoria, así que espero que Lin gongzi lo mantenga en secreto."

Lin Rufei asintió: "Naturalmente".

Los dos hablaron toda la noche y, sin saberlo, la luz de la mañana ya había aparecido por la ventana. Lin Rufei tenía un poco de sueño después de beber vino, por lo que se despidió de Qi Yansheng y regresó a su habitación para descansar.

Regresó para recuperar su sueño matutino y no fue hasta el mediodía que Fu Hua lo llamó para almorzar. Lin Rufei se frotó la cabeza, que todavía le dolía por la resaca, "¿Cómo está Meng Lanruo ahora?"

Fu Hua respondió: "Recién le pregunté a los sirvientes de la residencia Meng, dijeron que Meng gongzi todavía está en la habitación y se niega a salir. Sin embargo, está dispuesto a comer e incluso durmió anoche."

Si estaba dispuesto a comer y dormir, entonces debería estar bien. Lin Rufei se sintió un poco más a gusto. Después de haber comido, fue a la habitación donde descansaba Meng Lanruo y vio al hijo menor de la familia Meng acostado en la cama. Estaba tumbado y su rostro mostraba una expresión de rendición. Sin embargo, las ciruelas confitadas a su lado estropeaban el ambiente, especialmente cuando tomaba una de vez en cuando y se la metía en la boca con una bocanada de ira.

Al ver entrar a Lin Rufei, Meng Lanruo gruñó y retorció su cuerpo, como un gusano retorciendo la cabeza. Su voz se arrastró cuando llamó: "Lin..........gong.........zi......."

Lin Rufei dijo: "¿Qué?"

Meng Lanruo sacó los labios y dijo: "Come ciruelas..."

Lin Rufei se rió: "¿Has comido bien? Si comes tantas ciruelas, ten cuidado con el dolor de estómago."

Meng Lanruo murmuró: "Comí antes. Mi hermana me amenazó con que si no comía de nuevo me obligaría a comer, realmente lo haría."

Lin Rufei se rió levemente.

Meng Lanruo se sentó lentamente y dijo: "Lin gongzi, ¿te vas?"

Lin Rufei asintió. En realidad, había planeado irse hace mucho tiempo y si no fuera por el repentino accidente de Meng Lanruo, ya habría dejado la residencia de Meng. Ahora que sabía que Qi Yansheng no tenía malas intenciones con Meng Lanruo, no tenía sentido que se quedara aquí. Además, esto se consideraba un asunto privado de la familia Meng. Era un extraño y si se involucraba demasiado, no sería muy bueno.

Meng Lanruo estaba apático y dijo: "Ay, realmente no quiero que te vayas. Xiao Yu se ha ido y tú también te vas, estoy volviendo a mi antigua vida otra vez..."

Lin Rufei preguntó: "¿Vieja vida?"

Meng Lanruo dijo: "Sí". Dijo que antes de que llegara Xiao Yu, su vida era un charco de agua estancada, muy aburrida y su mayor alegría era escabullirse de la ciudad de Xinzhou a espaldas de su familia. Pero desafortunadamente, nunca lo logró. Más tarde, tuvo un nudo en el corazón y estaba muy enfermo a causa de ello. Antes de recuperarse por completo, conoció a Xiao Yu, que acababa de llegar a Xinzhou, en la casa de las flores, y desde entonces se enamoró de ella a primera y segunda vista.

Cuanto más escuchaba Lin Rufei, más extraña se volvía su expresión. Afortunadamente, Meng Lanruo todavía estaba absorto en su historia y no notó la extraña expresión de Lin Rufei.

"Nunca había visto a una mujer tan agradable como Xiao Yu". Meng Lanruo recordó sus dulces recuerdos: "Un carácter amable. Ella escuchó toda mi pequeña charla y no estaba impaciente. Era hermosa..........las chicas que conocí antes necesitaban ser engatusadas y mimadas, ¡pero Xiao Yu es tan diferente!"

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