FLORES DE CEREZO

CAPÍTULO 60. SEPARACIÓN DE LA SOMBRA NEGRA

Xuan Qing dejó el Templo Nanyin y había estado viajando afuera durante muchos años.

Hace más de diez años, pasó por Dajing y, sin darse cuenta, conoció a Bai Tianrui y Bai Jinglun, que aún eran adolescentes. En ese momento, Bai Jinglun no era tan estable como ahora. Su temperamento era bastante similar al de Bai Tianrui, e incluso se podría decir que era más orgulloso y caprichoso que Bai Tianrui. Después de todo, el primer hijo nació como el primer príncipe. Creció como la niña de sus ojos y fue querido profundamente. Lo que sea que quisiera, ¿cómo podría ser agraviado alguna vez? Y en ese momento, Bai Tianrui, que aún no se había convertido en Príncipe, tenía el corazón puesto en la espada. Al principio, parecía ser un poco más simple que Bai Jinglun.

La gente de Dajing era liberal y había templos del Gobernante Celestial por todas partes. En realidad, esto fue algo bueno para Xuan Qing. Después de todo, desde Nanyin hasta Dajing, había caminado mil millas y el dinero de su cuerpo se había agotado hacía mucho tiempo. En ese momento, como no tenía dinero, solo podía confiar en rogar para alegrar el día. Además, su Templo Nanyin en realidad tenía una regla que los forasteros no conocían, era que solo podían tomar artículos y no podían recolectar dinero en plata.

Debido a esta regla, cuando Xuan Qing llegó a Dajing, ni siquiera podía sacar una moneda de su bolsa y solo podía confiar en que las personas de buen corazón apenas llenaban su estómago.

En tal situación, Xuan Qing terminó sin darse cuenta conociendo a Bai Jinglun.

Ese día, estaba en la boca del pozo bebiendo agua cuando dos jóvenes vestidos de brocado que montaban caballos altos pasaron junto a él. Los caballos de los adolescentes se detuvieron junto a él y lo evaluaron con interés mientras susurraban entre ellos. Los dos pensaron que si estaban lejos, el monje no sabría de qué estaban hablando. Pero el monje no era un monje ordinario. A pesar de que estaban muy lejos, podía escuchar claramente la conversación de las dos personas.

Bai Jinglun abrió la boca primero, "Hermano, dime, ¿crees que este monje es un monje real o un monje falso?"

Bai Tianrui miró a Xuan Qing: "Supongo que él es real. Un monje falso no es tan pobre como él."

Bai Jinglun propuso: "Entonces hagamos una apuesta."

Bai Tianrui preguntó: "¿Apostar en qué?"

Bai Jinglun se acercó al oído de Bai Tianrui y susurró durante un rato, luego los dos se cayeron bien y aceptaron la apuesta.

Bai Jinglun se bajó de su caballo. Sonrió, se acercó al monje y preguntó: "¿De dónde es el Maestro?"

Xuan Qing cruzó las manos y dijo con voz cálida: "Un pequeño templo en el oeste."

Bai Jinglun agregó: "¿Adónde pretende ir el Maestro ahora?"

Xuan Qing respondió: "El monje tiene la intención de ganarse la vida."

(t/n: quiere mendigar aquí)

Bai Jinglun sonrió y entregó un lingote de oro a Xuan Qing: "El Maestro ha trabajado duro en este clima cálido, esta es una pequeña muestra de mi agradecimiento, espero que al Maestro no le importe."

Pero, ¿cómo podría aceptar Xuan Qing? Sacudió la cabeza y rechazó la amabilidad de Bai Jinglun, diciendo que no aceptaba dinero de plata.

Bai Jinglun entrecerró los ojos y observó a Xuan Qing cuidadosamente por un momento antes de retirar su mano: "Entonces, ¿qué acepta el Maestro para ganarse la vida?"

"Solo comidas zhai." Xuan Qing respondió.

Tan pronto como pronunció estas palabras, hubo una risa descarada de Bai Tianrui que estaba detrás de él. Era bastante obvio que se estaba riendo de Bai Jinglun por perder la apuesta. Bai Jinglun levantó la barbilla y miró a Xuan Qing. Luego resopló ligeramente, giró la cabeza y se fue, probablemente pensando que este monje era demasiado aburrido. Había plata y él no la quería. En cambio, en realidad quería una comida zhai laboriosa.